One Shot: Amor perdido

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Resumen: Una noche en la que visita a su padre, Draco y Lucius tienen una discusión sobre los sentimientos y Draco suelta la peor bomba que Lucius podía esperar.

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Draco le había dicho a Harry que, muy probablemente, volvería tarde a la casa esa noche, ya que debía resolver algunos asuntos con su padre que habían quedado pendientes luego de que ellos dos se casaran. Quería aprovechar la noche en que su madre no estaría para sacar muchas cosas que no sacó en su debido momento. Si no aprovechaba ese momento, corría riesgo de que ya no tuviese otra oportunidad.

En la fría mansión, Lucius ya lo estaba esperando. Podía decirse que tenía mucho mejor aspecto desde que la guerra había terminado y que él y Narcissa no habían tenido que volver a prisión. Draco podía decir, sin miedo a equivocarse, que sus padres ya no estaban tan enamorados como antes y que, aunque se tenían afecto, sólo seguían juntos por «las viejas tradiciones», algo que él rompió al casarse con Harry y que ocasionó varios desacuerdos con su familia. Su madre le dijo algunas veces que Lucius pasaba mucho tiempo encerrado en su estudio y ella en la sala, leyendo o sólo mirando el fuego cuando encendía la chimenea. Ya casi no se hablaban, porque nunca tenían algo para decirse. Parecían sumergidos en eso que muchos llaman apatía.

Espero no ser así cuando sea viejo, pensó para sí mismo, mientras seguía a su padre hasta la sala.

- ¿Cómo has estado, Draco? No hemos sabido mucho de ti-comenzó su padre mientras ambos se sentaban en el gran sofá y el rubio mayor convocaba un whisky y vasos de cristal para los dos.

-Bueno... he estado muy bien. La vida familiar puede ser agotadora a veces-respondió él serenamente, aceptando el vaso que su padre le ofrecía.

- ¿Cómo está Pott...Harry?-preguntó él, con la mirada fija en las llamas de la chimenea.

Por el tono en que lo dijo, Draco supo que sólo preguntaba por cortesía. Aún le costaba aceptar que se había casado con Potter y que encima, había adoptado tres niños con él.

-Hemos estado muy bien. Somos felices-contestó con un dejo de tristeza-. Y los niños están cada vez más emocionados por empezar la escuela y aprender todo sobre la magia. Lily me recuerda a Hermione.

- ¿La hija de los Muggles?

-Sí.

Lucius se bebió medio vaso de golpe, buscando tranquilizar un poco su cabeza. Draco conocía perfectamente ese gesto y tuvo que retener un suspiro.

-Tu madre y yo hablamos mucho sobre lo que pasó después de la guerra.

Draco no pudo evitar estremecerse. Al decir eso, entendió que su padre hablaba del momento en que se le declaró al elegido, describiendo de mil formas distintas los sentimientos que tenía por él. Recordaba perfectamente la mirada anonadada de sus padres cuando lo oyeron, las exclamaciones eufóricas de Ron, Hermione y el resto, y las lágrimas cayendo por las mejillas de Harry mientras se lanzaba sobre él para besarlo. Incluso Ginny, que estaba saliendo con Neville, saltaba de alegría por ellos dos.

Después de eso, pasó bastante tiempo hasta que ambos decidieron casarse. Harry había dicho que se conformaba con algo sencillo, pero para un Malfoy, la palabra «sencillo» es casi un insulto. Draco se aseguró de que todo fuese perfecto y hasta había buscado algunas «cosas de Muggles» para que Harry se sintiese familiarizado en partes iguales.

Ese día, sin embargo, Lucius no asistió a la boda, pero sí había enviado un regalo para su hijo con Narcissa. Por lo menos, Draco tuvo la idea de que su padre no lo odiaba por eso.

Harry Potter y las historias de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora