Harry Potter y las historias de Hogwarts

Juego de niños: Parte 1

Resumen: Incluso los niños en Hogwarts, que se dice, serán los futuros guerreros y mejores estudiantes, necesitan despejarse un poco y disfrutar su edad.

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Podría decirse que estar en una escuela como Hogwarts significaba que, en sus ratos libres, los estudiantes se dedicaban a repasar para sus exámenes (más si tenían con Severus Snape) o practicar algunos hechizos en esos ratos libres. Y, hasta cierto punto, así era algunas veces. Los de cursos más avanzados solían hacer ambas cosas a la vez, y otros, por separado.

Y una cosa que todos pensarían es que, entre ellos, estarían Hermione y Harry, quienes debían ser los más aclamados por el resto, tanto en poder como en inteligencia. Y tal vez el joven Draco Malfoy, un heredero casi tan conocido como el apellido Potter. A todo esto se le sumaba la presencia de dos hermanos pelirrojos que, si bien no eran tan estudiosos, nunca hacían «mal tercio».

Pero, evidentemente, con un grupo como el de ellos, nada podía ser lo que parecía.

¿Por qué? Simple: estos cinco niños habían decidido dejar de lado sus deberes y habían optado por... jugar a las atrapadas.

De hecho, comenzó cuando Ginny le dijo a su hermano que estaba aburrida y él compartió el sentimiento. Y al ver a los otros tres estudiando, no tardó en comprender que incluso Hermione se estaba aburriendo, ¡y eso ya decían mucho! Draco estaba con una mano en la mejilla el codo apoyado en la mesa; parecía cabecear de vez en cuando. Y Harry parecía estar haciendo un gran esfuerzo para no suspirar, cansado de haber leído los mismos libros una y otra vez.

Por fortuna, el gen Weasley les permitía pensar en ideas muy rápido para divertirse. Y aunque podía ser infantil...

Ah, ¿a quién engañaban? Eran niños, se supone que, incluso teniendo una responsabilidad tan grande, no debían perder la diversión.

Ron intercambió una mirada con su hermana pequeña y ella tomó la palabra.

-Rayos, estoy aburrida-bufó, más fuerte ahora.

-Sí, yo también-convino Hermione, alejando un poco su libro-. Es la primera vez que no siento ganas de leer. Quisiera hacer algo más divertido.

-Vaya, ¿sabes cómo hacer eso?-se burló Draco, cerrando su libro. Ella rodó los ojos y decidió ignorarlo-. Pero en serio, también quiero hacer otra cosa.

- ¿Qué cosa sería esa? A mí cualquier cosa me viene bien si es para despejarme un poco-exclamó Harry.

-Ginny y yo tenemos una idea-comentó Ron-. Vengan.

Los cinco salieron al pasillo. Los otros iban intrigados por lo que los hermanos podían decirles.

Ya en el lugar, Ron tocó con fuerza los brazos de las chicas, gritando « ¡Las traen!». Acto seguido, tomó por las muñecas a los dos chicos y prácticamente los arrastró por el pasillo.

- ¡Eso no era parte del plan!-le gritó Ginny, molesta.

- ¡Lo siento, no te oigo! ¡Atrápame y repítelo!

-Ya verá-sentenció la pequeña-. Ven, Hermione. Demostrémosles que podemos con ellos.

-Claro que sí-sonrió la castaña, mientras comenzaban a perseguirlos.

Por su parte, Draco y Harry no habían entendido por qué Ron casi los había arrastrado por todo el pasillo, pero al girar un poco la cabeza y ver a las dos niñas persiguiéndolos, entendieron que debían correr muy deprisa.

Cada vez que pasaban por un pasillo, los demás estudiantes se quitaban del medio para no ser arroyados por los más pequeños. Incluso algunos fantasmas se quitaron al ver lo rápido que esos niños corrían. Y ni siquiera sudaban. De hecho, tenían sonrisas de diversión en los labios mientras pasaban entre los demás alumnos. Draco llegó a saltar entre dos chicas antes de que se juntaran más, Ron pasó completamente pegado a la pared, ensuciando un poco su túnica con polvo y Harry pasó entre las piernas de un prefecto de Slytherin cuando éste intentó atraparlo. Las niñas no tuvieron problemas para esquivar a los alumnos, ya que al ser de cuerpos más pequeños, podían fácilmente pasar entre ellos.