Estamos jodidos, más de lo que te puedes imaginar en este mundo, o arriesgas o sales lastimado. Día a día dañamos al mundo sin temer a las consecuencias.
¿Cómo tener amor hacia el mundo?
Si ni siquiera tenemos amor por nosotros mismos, amé a alguien y se fue para siempre y no sé que pasa a mi alrededor, pero todos lo hacen tarde o temprano.
Soy un extraño hasta para mí mismo, a veces mis pensamientos me traicionan y me hundo en recuerdos y cosas perversas.
¿Qué haría el mundo sin mí?
Bueno, al menos mi mundo, mi maldito mundo.
Cuando me miran no se si me temen o tienen lástima, ha de ser algo de ambas.
—Frank, hijo ¿qué quieres comer?, vamos recomiéndanos algo —su voz era dulce y calmada.
Me pierdo en mis pensamientos más veces de lo que me gustaría admitir volviendo al pasado, claro como el agua y tan oscuro como las noches de lluvia.
—La puta, reacciona Francisco, tu padre hizo una maldita pregunta —su voz es asquerosa con cada palabra que dice me da una punzada en la cabeza,
Vulgar y corriente.
Es como mi vida se tornó después de todo, corriente y....nada normal, si no lo era, ahora es peor.
—Mierda, reacciona —hace un manoteo con su mano para ver si estoy en el lugar y no me he ido a el mundo en mi cabeza.
—Ya, déjalo Samanta —su voz es cansada y amarga.
Escenarios inundan mi visión recordando a esa puta, eso es lo que es: una trepadora.
—Es que como puede hacer eso, ignorarte, no papi, a ti no —se estampa en su mejilla masticando su goma de mascar, el asco me inunda y no puedo aguantarme.
¿De verdad quieren que haga esto?
—Mi nombre es Frank —escupo frío.
—Frank, hijo, estaba hablándote, quería preguntar si querías algo de merendar ya que está...
—No, no quiero nada —es interrumpido por la frialdad de mis palabras, tomándolas como un puñetazo en el estómago.
La carretera tiene pequeños árboles secos a su alrededor, y la brisa se torna más fría cada que avanzamos, estamos por llegar, supongo.
Mi visión se llena de árboles y pinos inmensos alrededor, tan verdes y vivos como ella, el cielo azul hermoso como sus ojos, nieve blanca, se visualiza suave encima de todas esas casas como su piel en mis manos.
—¡Llegamos! —me saca de mis pensamientos.
Cierro los ojos con fuerza para al abrirlos ver que es una maldita pesadilla, los abro para encontrarme a Samanta volteada en el asiento del copiloto en mi dirección, viéndome con, no sé lo que es, ¿diversión, miedo, duda?
—Tu padre ya ha bajado, hace como cinco minutos, pero tu estabas en tu mundo niñato —se voltea reincorporándose en el asiento creando una bomba de chicle y después volverla a mascar.
Mis pies tocan el suelo blanco, me invade el frío y me cala por todo el cuerpo. Tiemblo por un instante para después ponerme firme mirando la linda casa que tengo justo enfrente.
Es tan grande y estará tan sola.
—Frank, ven aquí —Will hace una señal con el brazo y mano observando unas cajas alado de la puerta principal.
ESTÁS LEYENDO
Culpable o inocente | En curso.
Mystery / ThrillerNo es un secreto que la vida es muy injusta. Con los que menos lo merecen. Los que tienen más sueños, los que quieren alcanzar algo, los que quieren un cambio son silenciados por las desgracias. ¿Cómo creer? ¿Cómo seguir? Si tan solo me hubieran dad...