Beyond Two Souls • Yoonmin

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Los días iban pasando, los deseos de la lista de Yoongi se iban cumpliendo gracias a Jimin, y este, se sentía cada día más esperanzado, más feliz, y más cerca de Yoongi.

-Te veo mucho mejor que hace un par de meses...

-Bueno, es que... Se podría decir que estoy superándolo...

El psicólogo apuntó las palabras de Jimin y luego, volvió a mirarle como siempre lo hacía; por encima de aquellas gafas rectangulares.

-Ya casi va a hacer tres meses, ¿No?

-Así es... Y... Supongo que ya es hora de superarlo...

Aquel hombre no quedó muy convencido, pues Jimin ya había mentido más de una vez para que le diese el alta y no tuviese que volver.

-¿Te parece si nos vemos la semana que viene?

-¿Otra vez? Pero... Le he dicho que estoy bastante bien...

-Jimin, he visto muchos casos de estos, y tú eres sin lugar a dudas, uno de los pacientes más tercos...

Jimin suspiró frustrado, si le contaba toda la verdad, le enviaría al psiquiatra, eso seguro, así que tuvo que morderse la lengua y aceptar aquella cita.

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Taehyung y Jimin habían quedado al atardecer para tomar algo en casa del castaño y hablar sobre temas triviales, una charla como cualquier otra que habían tenido muchas veces, solo que esa vez, Jimin deseaba hablarle de Yoongi, deseaba explicarle todos los deseos que había ido cumpliendo, pero no podía hacerlo, no por el momento.

-Y cuéntame, Tae, ¿Hoseok y tú vais a dar el paso de vivir juntos?

El castaño miraba a la taza de café que reposaba sobre la mesita frente al sofá, estaba con las manos cruzadas, sin mover ni un músculo, y eso a Jimin le dejó bastante confuso.

-¿Taehyung? -Preguntó acercándose un poco mientras extendía su brazo buscando tocar el hombro de su amigo.

Este al instante, levantó la mirada, la clavó en la de Jimin... Era tan penetrante y seria que incluso asustaba... El contrario se echó hacia atrás al instante y fue Taehyung el que se levantó... Veloz como un rayo, cogió la cara de Jimin entre sus manos y de un momento a otro, antes de que pudiese reaccionar, los labios de ambos se unieron en un desesperado y desenfrenado beso, bastante brusco y profundo, húmedo, apasionado...
Jimin no daba crédito, forcejeaba contra su amigo, pero este tenía una fuerza que el mayor desconocía.

-¡Taehyung! -Consiguió gritar en cuanto el menor se separó de sus labios unos segundos.

-Tú quieres esto tanto como yo...

Su voz sonaba más profunda que de costumbre, estaba completamente ronca, Jimin al instante se levantó del sofá buscando huir de la casa, pero Taehyung se lo impidió... Agarró con fuerza la fina muñeca de su amigo y volvió a atraerle hacia él repitiendo nuevamente aquel feroz beso.
Poco a poco, la mente de Jimin iba desconectando, dejando atrás cualquier pensamiento, era como si fuese una marioneta manejada por los hilos del mismísimo diablo.
Simplemente se dejaba llevar, no pensaba en nada más que atacar los labios del contrario como si de una competición se tratase, no querían separarse, se negaban a ello...
No había lugar para otra cosa, solo para la pasión, el deseo, la lujuria, la impaciencia, la desesperación... Sus miradas lo demostraban, sus pupilas estaban dilatadas debido a la excitación y sus corazones latiendo desbocados...
De un momento a otro ya estaban en la habitación, en la cama, sin ninguna prenda de por medio... Sus pieles ardían a causa de la intensidad del momento... Sus cuerpos se restregaban obscenamente... Sus labios estaban ya rojos e hinchados de tanto besarse, tan solo unos segundos para respirar de vez en cuando les obligaban a separarse.

¿Por qué ese arrebato de pasión llegó tan repentinamente? ¿Por qué habían olvidado al resto del mundo? ¿Por qué ya nadie para existir para ellos? Lo único que estaba claro, era que ese apasionado atardecer, tendrían que pagarlo muy caro...