Se pusieron en contacto y quedaron en el lugar pactado, la casa elemental nunca estaba en el mismo sitio, así que debían actuar rápido y dejar todo en orden para cuando despertaran, poder explicar.
Dos días después de los "accidentes", comenzaron a despertar. Terrens fue el primero, seguido por Aria, Alec y al final Fayna, cada uno se auto reviso esperando heridas, cortes, quemaduras o moretones pero no fue así, nadie tenía nada que siquiera diera indicio de aquellos inexplicables accidentes.
Estaban en habitaciones separadas, y lo único que las diferenciaba era su color. Ya que estaban pintadas con los colores representantes de cada elemento, lo demás eran todas iguales, contaban con una cama (en la que se hallaban), una mesita de noche, un espejo de cuerpo entero, un placar con ropa, que al abrirlo había un pantalón de gimnasia (negro para las chicas, blancos para los chicos), remeras musculosas (negras para ellos, blancas para ellas), zapatillas (gris) y un baño, y no contaba con ninguna otra puerta, salida ni ventana.
Todos como si estuvieran coordinados se levantaron y cambiaron ya que estaban con su ropa o muy sucia en el caso de Aria y Terrens o muy destrozada en el caso de Fayna y Alec, luego recorrieron todo el lugar buscando una salida, que por supuesto no encontraron.
_Hola. ¿Alguien me oye?- Grito Aria y nadie respondió, solo sintió un pequeño pitido proveniente de la mesita de noche, se dirigió hacia ella y vio que el primer cajón se iluminada y lo abrió quedando enceguecida por el fuerte resplandor luego disminuyo, al segundo se oyó una puerta abrirse y se giró. Efectivamente había aparecido de la nada y allí estaba abierta para ella, sin pensarlo dos veces camino hacia ella y la atravesó, se encontró en un muy gran salón con una mesa de madera negra rodeada de sillas blancas, la habitación tenía siete lados y una puerta en cada uno de ellos, tras de sí. Aquella que había atravesado se cerró dejándole a la vista su color azul y una incepción en un metal negro que decía AGUA.
Recorrió cada una y eran todas de diferentes colores a la de ella, las reviso y al darse cuenta que ninguna abría comenzó a desesperarse ya que ni siquiera se movía, se volvió a la suya que ahora se encontraba cerrada, vio que ni siquiera tenía el picaporte, la golpeo tan fuerte que sus manos comenzaban a doler, de pronto oyó un sonido de otra abriéndose a sus espaldas y se giró para ver una puerta roja con una inscripción que decía FUEGO y una chica que salía acompañada de un calor infernal, al segundo la reconoció.
Fayna había despertado tan asustada, desesperada y falta de aire que hiperventilaba a niveles extraordinarios, intento relajarse sentándose a la orilla de una cama que no conocía y al mirar a su alrededor confirmo que no estaba en su casa, no había nada parecido a su habitación, ni siquiera a una habitación de hospital, de pronto recordó todo y se observó en un espejo que había allí. Vio su ropa prácticamente destrozada, consumida casi en su totalidad por la lava, prácticamente estaba casi desnuda, rápidamente reviso un armario y hallo algo de ropa sana, limpia y sin pensarlo se la puso, comenzó a mirar hacia todos lados buscando salida y pronto comenzó a respirar más pesado al ver que no había nada por donde salir, recorrió cada pared varias veces, sus ojos se cristalizaron e intento auto calmarse.
_Tras... tranquila Fayna solo es un mal sueño, uno muy malo, saldremos de esta...- Un sonio proveniente de la mesita de noche la distrajo y luego de abrir el cajón brillante, la puerta se abrió y desesperada la atravesó, mirando hacia todos lados, diviso a una chica que más allá, miraba atenta hacia su dirección, al parecer la reconoció ya que corrió hacia ella y en la cercanía ella también la identifico.
Aria y Fayna se abrazaron por un segundo, ya que la pelinegra se apartó rápidamente por el calor que la colorada emanaba de su cuerpo.
- ¿Que sucede? - Dijo confundida al verla aportarse.
- Estas hirviendo, me quemaste - Con un dedo toco el brazo desnudo de su amiga y lo aparto de inmediato – ¡Auch!, mierda sí que quemas - Dijo y chupo su dedo para aliviar el ardor
- Pero yo me siento bien o eso creo, quizás esté muerta.
- ¿Que dices Fayna? Eso sería una locura, porque significaría que yo...- Callo recordando todo, el rio, la chica el árbol y palideció - Quizás solo fue un mal sueño.
- No me digas, ¿Tu también soñaste con la lava?- Dijo la colorada mirándola de costado.
La posible respuesta de Aria fue callada con el sonido de otra puerta abriéndose y de inmediato se fueron hacia esta.
Alec despertó en un grito ahogado, sentado en la cama miro la habitación, gris y blanca, supuso estar en el hospital de inmediato se miró las mano las cuales tenían cicatrices que pareciese años ya se hubiesen cerrado, luego miro su ropa hecha añicos y luego de una breve revisión encontró nueva, la cual se puso, se sentó de nuevo en la cama mirando sus manos.
- Tan loco no eh de estar ya que las cicatrices están o sea que eso sucedió pero... ¿Hace cuánto? - Se sentía confuso, vio a su lado y se hallaba una mesita de noche la cual reviso y no tenía nada, aunque oyó que una puerta se abría y al girarse lo confirmo, con curiosidad se levantó y salió por ella acompañado de un fuerte viento que comenzó a correr al segundo que se abrió y que termino al atravesarla.
Lo primero que vio fueron dos chicas acercándose y aunque al poco rato las reconoció, vacilo ya que no estaba tan seguro de que no fuera un sueño o algo así.
- ¿Alec?- Dijo la pelinegra extrañada.
- Si es él... ¡ALEC! querido y adorado albino ¿Qué haces aquí?- Dijo la colorada sonriendo, pero al ver que esta no fue correspondida miro a su amiga que lo miraba fijo.
- Él no está seguro de que pasa aquí y no es como que nosotras lo sepamos tampoco, pero Al créeme que no entendemos nada al igual que tú y que si somos reales por lo menos hasta donde sabemos o eso esperamos.
- Yo...- su confusión era evidente, Aria notándolo se acercó despacio y lo abrazo, luego de un par de largos segundos el chico correspondió el abrazo.
- Esto está bien jodidamente raro - Dijo la pelinegra luego de soltar a su amigo que ya se veía más tranquilo.
- Apoyo totalmente eso- Dijo alguien detrás de ellos que no habían oído llegar.
Terrens se había despertado de un brinco en la cama haciendo que cayera directo al suelo
- ¡Auch! - Se froto la cabeza y miro a todos lados e ignorando casi todo se centró en buscar una puerta, había visto ropa pero, se negaba a cambiarse o siquiera a tocar las prendas, sospechosamente bien colgadas. Luego de un largo rato dándole vueltas al asunto se vio con la respuesta de que no había salida, pensó que quizá soñaba y luego de pellizcarse se cercioro que no, ya que le había dolido.
Una pequeña hojita de árbol lo golpeo suavemente en el rostro y luego de tomarla una inscripción apareció en ella y esta decía:
"Si quieres salir, debes cambiarte de ropa, no querrás que te vea así"
Miles de preguntas se le vinieron a la cabeza desde ¿de dónde salió la hojita? Hasta ¿Quién no quiero que me vea así?, era raro pero si eso era verdad o no debía averiguarlo, así que con toda la desconfianza del mundo, se cambió de ropa y automáticamente una puerta se abrió dándole paso a un gran salón con mesa, sillas y tres chicos que hablaban más allá, se acercó sigiloso y hoyo de una voz familiar.
- Esto está bien jodidamente raro.
- Apoyo totalmente eso - Dijo sonriendo a sus amigos que al girarse lo miraron con una mezcla de asombro, confusión y alegría.
- ¡Terrens! - Gritaron los tres a coro.
- ¿Y tú que haces aquí? - Lo señala Alec.
- Si, ¿De dónde saliste?- Pregunto Aria.
- De allí - Dijo señalando una puerta verde, con una inscripción que decía TIERRA - Y lo mismo les iba a preguntar a todos, pero como veo que nadie lo sabe pues me lo ahorro.
- Quizás nosotros podamos ayudarlos en eso - Dijo una persona de dos que se encontraban en la oscuridad más allá en la punta de la mesa.
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El Libro De Los Elementos
FantasyLos iniciados, siempre buscan más allá de lo evidente, la causa de los efectos, quieren identificar "el Alma" de la Naturaleza. Los filósofos de la antigua Grecia, participantes de los Misterios iniciáticos, intentan descubrir esta esencia, y es así...