Lagrimas De Un Ciego: Las Estaciones Del Amor ( COMPLETA )

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Caminaba lentamente con mi bastón, un basto al cuál me lo encontré por la calle, pero realmente es un palo, cada vez que lo tocó siento qué es delgado, deforme, largo y duro, lo llamó mi amigo, aunque no tenga vida lo consideró, me ayuda a pasar la calle mas ancha por la cuál pasó para irme a un pequeño barrio oscuro donde se encuentran pocos callejeros cómo yo tratando de dormir.

<<He llegado>> Me siento en un andén que se sentía frío, olía a comida rancia, me quité de ahí apoyándome con la pared y con ayuda del bastón.

—No te vallas, Ten come de esto que encontré en la basura—Me dijo una voz ronca pero a la vez cálida y sabia perfectamente de quién era.

——¿María?—Pregunté volteandome para volver a el andén.

—Si, ven, come este trozo de pan—Me ofreció de nuevo.

—No, Gracias, no tengo apetito.

—Pero, tu eres mi amigo—Se quejó.

—y precisamente porqué lo soy, ten te doy todos los pesos que recogí pidiendo en las calles.—Los saqué de mis bolsillos y se los ofrecí.

—G-Gracias.

——Descuida—Respondi.

—¡Soy Rica!—Gritó y comenzó a saltar para después salir corriendo.

María, ¿Cómo podría describirla?  Digamos que su historia es un poco rara pero increíble a la vez. Es una mujer qué entró a la locura hace mucho tiempo, aún recuerdo cuándo la conocí y lo primero que me dijo fue contarme su historia haciéndome pensar que era alguien normal o al menos eso decía.

Ahora me doy cuenta de qué todos estamos locos, de qué a todos nos da miedo ser libres y lo deseamos con ansias, y cuando tenemos la oportunidad la perdemos.

Las personas locas son una de las mejores personas, si así se les llama a esas personas que crean sus propias reglas y crean sus propias ilusiones sin dañar a nadie. Es increíble ver cómo este tipo de personas sacan conclusiones todo el tiempo, y su cambió de emociones los hace reflexionar de una mejor manera en que nosotros los hacemos.

María, cuenta ella qué era una mujer bella, hermosa y tenía unos caballos largos, y negros, que siempre vestía de rojo rubí. Trabajaba en un burdel llamado "Dinero Rojo" Era un striper muy reconocida, era joven y con un rostro angelical.

Pero un día conoció a el amor, por primera vez lo abrazó y lo llamó Efraín.

Empezamos por una pregunta: ¿A que llamaba María amor?.

Hay muchas formas de expresar el sentimiento, y María lo hizo por medio de un beso, en realidad su primer beso.

María salió de aquel burdel a trabajar en el nuevo viaje a su nueva vida con el que ella llamaba Efrain, le entregó su cuerpo y todo su afecto, ella cuenta de que por un tiempo estuvieron juntos hasta qué llegó el final de aquel romance.

Efrain tenía esposa, ella contaba que el vacío de su alma y el quiebre de los latidos de su corazón se reflejaban en sus ojos, cada lágrima que votaba venía junto con un recuerdo, el mundo se pueso blanco y negro y vio como un arcoíris sin colores se oponía al brillo del sol después de que aquel hombre la ilusionó y la dejó en la cama sola después de hacerle el amor una noche antes.

En una carta le escribió todo lo que en realidad sentía, para el, ella fue un juego, una despedida de soltero.

—me rompió no el corazón, eso no se rompe, me rompió el alma, los sueños y la felicidad—Llego a mi vida diciéndome María cuando la conocí. Pero yo digo, no es necesario mostrar bellezas a los ignorantes, Ni decir verdades a los mentirosos, Basta con no mentir al que te escucha, en no decepcionar al confia en ti, las palabras conquistan temporarlemente, pero los hechos...Eso si nos ganan...O nos pierden para siempre.

Vas a sanar. Porque te ríes con el alma, porque eres de gran corazón, porque Dios tienen algo mejor esperando por tí. Y porque a pesar de todo brillas, con el alma rota.

Así como María, hay muchos que me han a acompañado a lo largo de mi vida.

Muchos piensan que soy un ciego que depende siempre de los demás porque me gusta, pues en tal la ignorancia de las personas que me ven pidiendo que no se dan cuenta de que me toca ser feliz con lo hago y pedir, porque un ciego como yo no puede sentir el cálido abrazo de una madre que no se va por culpa de la anorexia, o el concejo de un hermano que no te traiciona y se va dejandote en la calle después de quitarte todo.

No toda mi vida eh sido un ciego indigente que handa pidiendo por las calles, yo también tuve una familia, un hogar, yo alguna vez vi pero no quise valorar lo que la hermosa vida me regalaba, a una madre cuyo amor todavía siento aunque ya no este.

Valoren el amor de sus madres, cuidenlas, amenlas, porque el día que se valla y ya no la tengan, mucho les hará falta y tarde sera.

Tal es la historía de Henrry Vélez, el chico qué lo perdió todo por quererlo todo.