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Narra El Autor...

Simón se las ingenia para subir rápidamente de nuevo al apartamento. Coge el ascensor otra vez, sube en él y llega al apartamento. Con un nudo en la garganta y ganas de gritar, Simón estaba confundido con respecto a sus emociones. Sentía ira, pero también podía perdonar, sentía deshonra del mismo, se sentía decepcionado e ineficaz. Tenía ganas de gritar a la hipócrita con la que se mantuvo sin darse cuenta que estaba en la boca del lobo. Pero ¿Saben que era lo que más le hacía enojar?...Era que por mucha ira que sintiera no podía sacarse de la cabeza a Regina.

—— ¡Dios! ¡Ayúdame!—Expreso el hombre ciego tirándose al pisó y cayendo de rodillas en él. Su tono de piel se puso rojiza y sentía desesperación, tanto así que parecía que su cabeza iba a estallar-¡Ayúdame!-Lo último que expreso tirándose del todo al pisó para ponerse a llorar sin parar.

De repente escucho que abrieron la puerta y no era nadie más que Regina.

— ¿Simón?-Dijo la mujer expresando facialmente su confusión— ¿Por qué estás en piso llorando? Dime—-Quiso levantarlo del pisó haciéndose pasar por una mujer empática que comprendía su dolor, pero lo único que consiguió fue que este la rechazara levantándose solo para comenzar a reclamarle.

-—No me toques. Respóndeme algo-—Con lágrimas en sus ojos y alta seriadas comenzó hablar-— ¿Por qué coño me acabo de enterar por medio de una bruja que me estás trabajando?

— ¿Qué? ¿De qué me hablas?-—Expreso Regina asombrada.

¡Respóndeme! ¡A caso me caso me vas a mentir! ¡Eres la mujer más cruel de todas!-—Esta alzo su voz grave fuertemente-—Y yo que estaba comenzando a conocer tu mejor lado. Pero lo arruinaste.

— ¡No me grites! Y ¿Te digo algo?

-— ¡¿Qué, Regina, qué?!

—No sabes cuánto me alegra saber que aseguré mi futuro contigo—-Dijo aquella mujer con un tono seductor y caminando al alrededor de Simón con una doble intención.

-— ¡Pero qué cosas dices! Estas loca-Respondió Simón con cara de desagrado.

-—Loca si...Estúpida nunca y obsesionada por ti-—Regina lo cogió de la camisa que llevaba puesta, lambio su rostro y le robo un beso—-Conmigo puede sentir lo que es la verdadera pasión y el total descontrol. Simón.

-— ¡Suéltame!

-—Ni loca. ¿Quién dice que una serpiente suelta a sus presas después de atraparlas?—-Lo siguió besando. El intentaba saltarse de ella pero no pudo. Ella se montó entre su cintura haciendo que este la cogiese con sus brazos.

—-Regina—-Expreso Simón dejándose llevar por la seducción de aquella mujer y el fuego que sentía por sus cuerpo al calentar el ambiente.

—-Quiero ser tu mujer, tu esposa y tu maldito juguete sexual Simón—-Le dijo desabrochando sus pantalones-—Quiero ser tu mejor amante-—Le susurro a su oído derecho y a la vez tocándole su miembro.

—Mi mejor amante—-Repitió el dejándose llevar por sus besos, caricias y pasión fogosa.

Una cosa llego a la otra y entre placer y placer saciaron sus ganas de hacer fuego bajo las sabanas.

Mientras Simón dormía envuelto en sabana, Regina se levantó despaciosa mente. Se puso sus botas negras, se puso su vestido rojo, aplico labial rojo, peino su cabello y agrego una sombra oscura a sus ojos que la hacía lucir como una mujer verdaderamente despiadada. Salió lentamente y con cuidado, se dirigió al ascensor para después bajar e ir al lugar donde había quedado de verse con Elizabeth.

Lagrimas De Un Ciego: Las Estaciones Del Amor ( COMPLETA )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora