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Abrí mis ojos en dirección fija hacía el techo, al levantarme el sol me dio en los ojos haciendo que me provocara ir a cerrar la ventana, me acerqué a ella para cerrarla y en eso escuche el canto de dos pájaros que al volar se atravesaban uno frente a otro, como si estuvieran entrelazados, con su canto me relaje mas y la idea de cerrar la ventana se fue, cogí el bastón que Elizabeth me había dado para caminar con cuidado por la casa...¿Elizabeth? No estaba cuando me desperté, sabía que estaba preparando el desayuno. Camine despacio hasta el baño, abrí la puerta, lave mis rostro, mis dientes y mis manos, la mañana se sentía tranquila como escuchar el sonido del mar en una caracola, era perfecta y el ambiente en la casa combinaba con lo asombroso que parecía el día.

Al salir del baño Tasha me recibió como siempre, lanzándose sobre, como siempre contenta y juguetona.

——¡Hola Tasha! ¿Como estás?—Toqué su cabeza y la acaricie.

Baje al primer pisó y el aroma era agradable, sabía que era Elizabeth la que estaba en la cocina.

—Buenos días...¿Como amaneciste?

——Bien, Simón, descanse un poco de tanto bailar.

—¿Elizabeth, podrías subirle a la radio?

—Claro.

En la radio estaba sonando y Henry Vélez, hablando sobre una nueva empresa que fundará, ¿Porqué no he podido descansar de la voz de la soberbia?

—¡La avaricia volvió a sorprendernos!—Dije un poco molesto.

—¿A que te refieres con que "La avaricia volvió a sorprendernos"? Simón.

—Elizabeth, Henry Vélez es mi hermano mayor, y lo conozco perfectamente y de lo que es capaz de hacer por tan solo el echo de alimentar su soberbia y saciar su codicia.

—Pero ¿Porqué soberbia?

—Porque el es así ¡no sabes como me molesta una persona soberbia!...Las detesto.

—Yo igual—Me respondió.

—Esmeralda...

—¿Qué? ¿Quién es Esmeralda?

——El ser humano aplasta su dignidad colocando sobre sus espaldas el peso de la soberbia. Esmeralda, cuando la conocí pensé que me recibiría con los brazos abiertos. Cuando recién entre a vivir en las calles, entre a ese callejón en donde viven muchas personas de las cuales e venido hablando, pero me pregunté ¿Hay algún líder o algo por el estilo? ¿Tiene una historia esta calle, llena de gente en el abandono? Esmeralda, una leyenda por decirlo así.

Hablaba con carisma, encantó y su orgullo era irremplazable, pero ¿Como había terminado ahí, en ese lugar en donde solo las sombras entran...Una chica que tenía futuro, que tenía sueños, pero también una tremenda oscuridad en el fondo de su alma. Solía pasar por ese callejón, con un grupo de amigos mal diciendo el ligar, y burlándose de lo horrible que olía, de lo pesado y lleno de ratas, se burlaba a carcajadas y dentro de su auto solía decir "Solo un perdedor podría entrar y no salir de ahí, que asco" cada vez que ese lugar se iluminaba, era porque ella y su chófer rondaban por ahí, solo por sentirse inferior y la reina del mundo.

Pero la vida le dio una gran patada en el trasero, una vez venía ebria en su auto, y le pareció gracioso tirar las botellas de alcohol en ese lugar, pero un descuidó y el auto choco, y ¿Qué pasó después? Su rostro se desfiguró al atravesar el vidrio delantero del auto y ahí quedó. Nadie la ayudo, hasta el sol de hoy. Fue la primera en ese lugar.

Unos dicen que se volvió extremadamente loca, otros dicen que después de unos días de que yo entrase se suicidó...Nadie sabe del paradero de Esmeralda, la chica que de la oscuridad, la reina de las tinieblas en ese lugar y la portadora de la soberbia.

—Que impactante historia, de verdad, quedé asombrada, ni yo sabía de esa mujer cuando vivía ahí, si llegué a escuchar su nombre, claro, pero nunca la conocí...Ya que por fortuna ese lugar es muy grande.—Me respondió.

—No acostumbro a desear el mal, no me parece algo con lo que pueda jugar, ninguno debería, Henry Vélez tendrá que cambiar tarde o temprano o su avaricia y soberbia lo llevaran a la completa ruina.

—¿Tú crees?—Me preguntó—Y ¿Sí eso nunca pasa?—Preguntó de nuevo.

—Existe, un karma Elizabeth, y el karma no se compra, el karma hace su trabajó, y es poner a cada quién en el momento, lugar o situación de acuerdo a la acción de cada uno de nosotros—Le dije dejando en claro como es el karma.

—¿Sabes qué?...Vamos a desayunar ¿No tienes hambre?—Me preguntó—Yo si.

—Igual—Saqué una carcajada.

Nos sentamos a desayunar en el patio trasero, como les dije el día estaba perfecto y nada podría dañar esa perfecta mañana.

...

Los días pasaban y yo cada día me acostumbraba a vivir con Elizabeth y con la compañía de Tasha, ya era normal todo para mí, había renacido, ya componía mis canciones con su ayuda, era normal que todo el tiempo estuviese recibiendo correo como agradecimientos por crear "Nosotros como valores", poco a poco nos acercábamos mas a cumplir nuestra meta y cumplir con nuestros propósito.

Ya había pasado un mes desde que Elizabeth me había confesado su amor por mí, y yo desde hace poco comencé a ocultarle un secreto. El amor que yo también comencé a sentir por ella. Todo comenzó a finales de del mes de agosto, desde del 30 hasta este día 24 de septiembre, mi cumpleaños, tenía que decírselo, también sentía amor por ella, no he podido dormir sin dejar de pensar en ese beso, en su amabilidad, en su carisma y sensatez al momento de expresarse, sus vibras agradables y su alegría, me derretía por ella.

—¡Elizabeth!—La llame desde arriba, ella estaba escribiendo  una carta como agradecimientos a las personas que enviaban esos correos escribiendo sus criticas constructivas sobre su libro—. ¡Elizabeth!—La llame de nuevo.

—Dime, subí en cuánto me llamaste ¿Qué pasa Simón?

—Tenemos que hablar—Estaba nervioso, mi voz estaba temblando y mi pecho agitado—Tú mas que nadie sabes lo mucho que te apreció, que te admiró, y solo tú y María, han sido partícipes en la historia de mi vida ¡Lo sabes!

—Si...¡Dime! ¿Qué es?

—Es que yo...

—Me comencé a asustar, no me digas que te irás de esta casa ¡No te dejare ir y tampoco...

—¡Elizabeth! Para, no es eso, solo quiero confesarte algo.

—Empieza—Ella al igual que yo estaba nerviosa, ella porque yo estaba adquiriendo mucho suspenso en el momento y yo por temor a el rechazó.

—Desde el día en que me besas te no he pedido olvidar esa ocasión, no sé como paso, pero desde finales del mes de agosto, empecé a sentir un alto nivel de amor por ti, ¡yo te amo! Y podría gritarlo desde el balcón que te amó y no paro de pensar en ti. Quiero confesarte que me enamoré de tí, que te he elegido para complicarme la vida contigo. Que no eres el amor de mi vida porque no hemos tenido una vida juntos desde siempre, me muero de amor por ti, por ese carisma que sale tan natural de cada expresión que usas con cada palabra, y esa personalidad tan dulce, porque eres el amor de mi existencia, de mi momento, y deseó que algún día te conviertas en el amor de mi vida al igual que yo el de la tuya.

—¿Qué?—Con su expresión me di cuentos de que estaba completamente asombrada.

—¿Qué dices?...¿Quieres ser mi destinó, mi amor, mi ilusión, mi todo?—Lo confesé todo con total sinceridad y valentía.

——Todos somos fugitivos libres de nuestras propias emociones, hasta que llega ese momento en que nos dejamos atrapar para arriesgar nos a ser felices, sin importar los daños de ese corazón que muere y revive por seguir soñando una vez mas...¡Claro! Yo también te amó, y si me encantaría convertirme algún día en el amor de tu vida, y yo estaría feliz que tú te conviertas en el amor de vida...Y por cierto, feliz Cumpleaños, Simón.

De la emoción que sentía se me salieron algunas lagrimas, estaba muy alegre y sobretodo por ser correspondido. Elizabeth, quisiera que fueras lo primero que viera al despertar y lo último que viera al dormir, pero la distancia de mi vista nos separa y me tengo que conformar con que seas lo primero que vea al dormir pensando en ti, y los último que vea en mis sueños antes de despertar, Gracias.

Lagrimas De Un Ciego: Las Estaciones Del Amor ( COMPLETA )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora