10

17 3 0
                                    

——Estoy sin palabras, Simón, debe verdad, me alegra que hayas confiado en mí para contarme algo tan profundo como esto.

——La verdad, tenía mis dudas de si ¿Podría o no, contarte esta parte de mi pasado? Se que me escuchaste atentamente, me sentí muy bien al saber que tu presencia y tu atención me acompañaban. Elizabeth——La abrase y le di un beso en frente.

Estaba haciendo demasiado frío, empezaba a llover con mas fuerza, así que decidimos acelerar el paso para llegar mas rápido, ella me guío hasta un stand para esperar a que trajeran su auto para así podernos ir a casa.

—Empezó a llover muy fuerte, no traigo sombrilla y esos truenos empiezan a asustarme—Me dijo abrazándome fuertemente y colocando su cabeza en mi pecho.

—Tranquila, solo son truenos, piensa en que estos son parte de la naturaleza ¿De acuerdo?
—Le respondí sonriéndole poniendo mi mano derecha en su cabeza y acariciando su cabello.

—No me sueltes.

—No lo hare Elizabeth, no temas.

La lluvia nos tocaba un poco, el viento no paraba de correr y los truenos no dejaban de escucharse, era tan fuertes como si nos indicaran que habría una tormenta muy drástica, pero no era así, solo eran las nubes escurriendo el agua que habían evaporado.
El auto llego y el chófer pito, ella me cogió de la mano y caminando rápido llegamos al auto. Esas gotas de lluvia se escuchaban como si fuese meteoritos de agua golpeándose contra el pisó y chocándose entre ella. El chófer nos paso unos mantos para cobijar nos con ellos y recibir el calor.

Llegamos a la casa, al entrar ella Tasha nos recibió lanzándose sobre nosotros, Elizabeth me llevo hasta el mueble para sentarme, Tasha se hizo a mi lado y de nuevo se recostó en mí para darse una siesta, no la culpaba.

—Iré a cambiarme, llevare ropa a tu cuarto, Tasha te llevara y te vestirás, si necesitas algo me llamas ¿de acuerdo?

—De acuerdo Elizabeth, antes quiero descansar.

Repose un rato sentado, levante a Tasha y le dije que me guiara hasta mi cuarto, me llevo hasta la cama, cambie mis interiores, no pude ponerme el pantalón ni el buzo, llame a Elizabeth para que me ayudara.

—Que pena contigo Elizabeth, pero ¿me ayudas a ponerme el pantalón y el buzo?

—Claro.

Elizabeth cogió la pantaloneta y me la paso en el lado en que me la debía poner, y lo mismo hizo con el buzo. En un momento después de ayudarme a ponerme el buzo se acerco mucho y nos tropezamos con la cama y caímos en ella, Elizabeth encima mío, su corazón latía muy rápido y fuerte, su respiración era lenta y no me decía nada.

—¿Elizabeth?—Ella se levanto y me ayudo a mí a levantarme, no me decía nada solo salió del cuarto ¿Que habré echo yo? Fue lo que pense de inmediato.

Me termine de arreglar y baje junto a Saha.

—¿Elizabeth? ¿Elizabeth?

No me contestaba, me había empezado a preocupar por ella, porque no me respondía por ninguna parte.

—¿Qué hice yo? Para que te fueras ¿Elizabeth?...Contesta.

—Tú no hiciste nada Simón.

Me jalo del brazo y comenzó a sonar una canción lenta, romántica.

—¿Sabes bailar?—Me preguntó cogiendo mi mano derecha y colocando la en su cintura y mí mano izquierda con su otra mano.

—Claro que sí—Le respondí siguiéndole el paso.

Lagrimas De Un Ciego: Las Estaciones Del Amor ( COMPLETA )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora