Lagrimas De Un Ciego: Las Estaciones Del Amor ( COMPLETA )

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Después de todo Elizabeth hizo firmar el permiso, no tenía que recoger nada solo ponerme mi ropa. Ella me cogió de las manos y me guío con mucha paciencia a salir de el cuarto, a bajar las escaleras para llegar a un ascensor y finalmente salir de el hospital. Me llevo hasta el parqueadero en donde estaba su auto, me ayudó a subir y nos fuimos a casa.

——Y cuéntame, eso de que tú naciste en las calles.

—Si, Simón, yo vengo de a fuera, yo nací en la misma calle en donde hoy en día solo entran las personas que no tiene un hogar, el tan solo echo de pensar en lo duro que deben ser sus vidas y en sus esperanzas...Es, es algo muy profundo.—Me respondió como si fuese a ponerse a llorar.

——Si es muy difícil, pero muchos creen que son drogadictos o delincuentes ¡No! Son personas que no tienen un hogar o una familia, otros son un poco insensatos en su forma de pensar pero no psicópatas ni tampoco padecen el síndrome de la personalidad antisocial ¡Claro que no!—Le respondí tratando de comenzar una charla profunda en la que nuestra confianza empezara a ser mas alta.

—Se perfectamente como es la vida en las calles, mis padres salían a buscar limosna en el centro de Caracas y vivíamos en un pequeño refugió echo con tan solo bolsas de plástico y algunos barandales y encima cartones, como una especie de carpa. Eh esperado mucho por esto, desde que comenzó mi vida como escritora y abogada es esta sociedad que alguna vez me humillo por ser pobre y no contar con los recursos que hoy en día son considerados los mas altos, ese es mi propósito ayudar a que por lo menos la mayoría de esta gente comprenda el significado el valor de la igualdad.

——Me gusta la forma en la que te expresas ¿Sabes?—Toque su mano y la acaricie dándole una sonrisa.

—A mí también me gustas...¿Qué? ¡Perdón! Es decir a mi también me gusta la forma en la que tú hablas, con ese sentimiento y esa profundidad que adquieres a cada palabra que pronuncias. Es solo eso, el resto fue una equivocación.

Ignore esa equivocación y vacile un momento.

—Falta mas o menos un par de minutos para que lleguemos—Me dijo.

—De acuerdo.

Me recosté en aquel asiento en el que estaba y pense ¿Qué estaría haciendo María si estuviese conmigo en este momento? Sonreír y me dije a mí mismo que mal que bien ella esta en un lugar mejor descansando en paz. El aire en mi cara era fresco y además el clima estaba muy frío ya quería mantenerme en mi nuevo hogar frente a algo cálido.

—Llegamos—Estaciono el auto se bajo de el y me ayudo a bajar de el, caminamos casi como 4 metros y subimos tres escalones
—Un momento, sacare las llaves—Saco las llaves y abrió la casa, se sentía cálida y al entrar se escucho un poco el eco pense que debía de ser muy amplia por eso.

—Debe ser muy grande—Le dije.

—Al lado derecho de ti hay un mueble, siéntate mientras yo voy a la cocina y preparo chocolate y meter unas galletas al ornó que deje listas ¿Si?

—Gracias.

—No hay de que.

Me senté sobre el mueble cuando de pronto escuche una respiración agitada sobre mis oídos, de pronto algo me lamió la mano y me di cuenta de que era un cachorro que me estaba ladrando<<Ella es  Tasha, mi mascota, no te preocupes es muy amigable>>Me seguía lamiendo la mano, toque su cabeza y la acaricie mientras se subió al mueble y se recostó sobre mis piernas<<Soy Simón, Tasha>>Le dije mientras le acariciaba la cabeza.

Un rato después llego Elizabeth y me dio una tasa con chocolate calientes y puso un platillo en la mesa que estaba al lado mío que tenía en el las galletas de avena que había preparado.

—En un rato ¿Podría ducharme?

——Claro que sí, Simón, estas en tú casa. Además Tasha te guiará a el baño, solo coges su correa y que ella haga su trabajo—Saco una carcajada al igual que yo.

Terminamos de comer ese refrigerio y Elizabeth fue a llevar los platos y vasos, yo me quede sentado y Tasha a mi lado, pues se había quedado profunda mente dormida.

Me iré a duchar, Elizabeth—Mientras ella  estaba en la cocina me fui con Tasha a avisarle que necesitaba una toalla y algo de ropa, ya que la que traía olía mal y estaba sudada.

—Okey, Tasha te guiará hasta el baño, en la puerta hay una toalla, y cuándo termines me avisas que yo subiré con la ropa, después te llevare a la habitación en donde dormirás y tu veras si deseas o no tener una siesta ¿Okey?

—¿De acuerdo? Y sobre todo gracia.

—De acuerdo, ve tranquilo.

Tasha me guio por mas escaleras, la casa olía muy bien, era un olor agradable, me encantaba, era un olor a miel suave me hacía recordar a mi madre, cada vez que olía a miel era porque ella estaba preparando pastelillos de miel, pero a mi hermano no le gustaban así que cuando no cenábamos comíamos pastelillos de miel y era muy gracioso ver como se enojaba porque no le gustaban.
Me desvestí, me metí a la regadera, abrí la llave y el agua comenzó a recorrer mi cuerpo, tan fresca y fría como siempre, me sentía con mas energía y mis huesos fuertes, me sentía con vida y estaba feliz.
Después de ducharme llame a Elizabeth, me presto ropa que era de su padre cuando iba a visitarla, me la puse como pude y ella termino de doblar las mangas, ajustar un poco el cuello de la camisa, etc.

Ya había lavado mis dientes y me sentía como nuevo. Me senté en la cama y sonreí, me he dado cuenta de que la felicidad y la alegría no son exteriores son interiores y no depende de lo material que tengamos si no de lo que somos, la felicidad no depende de lo que nos falta si no de como valoramos a los que tenemos.

Mi paz espiritual estaba en completa tranquilidad, me recosté un par de minutos y en eso llego Elizabeth. Rápidamente me senté de nuevo y la salude<<Hola>>Ella igual, le estuve agradeciendo por todo y le dije que no tenia como agradecerle, pero su generosidad y gran sentido de bondad hicieron que se negara a aceptar un trato en el que yo pudiese pagarle, solo me cogió de la mano, su mano encajo tan perfectamente con la mía, como si solo hubiese sido echa solamente para mí<<No hay trató especial en esta amistad, y si lo hay que sea el de llevarnos bien para siempre>> Era una gran amiga y nunca la olvidaría en mi vida.