20: Jaque Mate.

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Corrían.

La última vez que Abella había corrido así de rápido, las cosas habían salido bastante mal. El dolor que comenzaba a punzar de nuevo en su nuca —los efectos de los analgésicos que le habían proveído se desvanecían— se lo recordaba, pero no paraba de correr. El lugar era tan grande, que llegar al ala este desde la otra punta del palacio les tomó unos buenos quince minutos, tiempo en el que Abella había presenciado cómo el personal del lugar, frenéticos, discutían, lloraban e incluso gritaban. Así de importantes eran las princesas para ellos. El hecho de que una de ellas estuviera en peligro representaba la convulsión de todo el sistema, por completo.

Luke y Abella salieron al jardín, desde donde un gran reflector apuntaba a Klara, que tenía una pierna suspendida en el aire, medio encaramada en la baranda de su terraza, y el resto de su cuerpo estable en el suelo. Sus manos estaban aferradas a la baranda con fuerza, sus rulos rubios estaban alborotados en una precaria coleta, y vestía ropa blanca y holgada, como Luke y Abella. Ese era, probablemente, el atuendo que les habían puesto debido a que los tenían que atender médicamente.

Al menos doscientas personas estaban acumuladas en el jardín, tres pisos debajo del nivel donde se encontraba Klara, murmurando entre ellos con la peor incertidumbre colectiva que Abella había presenciado jamás. Policías uniformados, personal de limpieza, guardas reales estaban correteando de un lado al otro, buscando soluciones.

Al pie del edificio, Elizabeth —o debería llamarla "Reina Elizabeth"— miraba a su hija con seriedad, pero sin separar los labios para decir una sola palabra. Estaban relativamente lejos, pero Abella lograba detallarla perfectamente. Vestía con un albornoz blanco y satinado, probablemente porque se encontraba a punto de dormir cuando tuvo que acudir al lugar. A su lado, un hombre que Abella nunca había visto le acompañaba. Dudó sobre su identidad por un segundo, hasta que se volvió a verlos, y se dio cuenta de su presencia. El hombre era idéntico a Luke, solo que mayor por algunas décadas, con una espesa barba corta y cabello cuidadosamente estilizado. Él vestía de traje gris, de punta en blanco.

—Ese sería el Rey —murmuró Luke, sin despegar la vista de su hermana, con tono despectivo—. El título le queda grande, como todo en su vida.

Apenas notaron la presencia de Luke, las personas a su alrededor hicieron una reverencia respetuosa. Claro, se dijo Abella, era un príncipe.

Abella frunció el ceño cuando un grupo de personas se acercaron a los padres de Luke, a paso firme y seguro. Eran tres hombres y una mujer, la última luciendo un velo de encaje cubriéndole el cabello. El resto estaban de traje azul, el más alto siendo claramente el padre, y los otros dos, igual de imponentes pero mucho más jóvenes, siendo los hijos. Todos eran pálidos como la luna, exceptuando a la madre, que era de piel más aceitunada.

—Y esos son los Kacynzki —aclaró Luke—. Gobiernan el estado de Estana. Los que tienen pinta de homicidas son Grey y Oskar. El padre, Zigor, y la madre, Faiza. Por supuesto que están aquí —escupió casi para sí mismo—, no pueden dejar que el negocio de sus vidas se les vaya por la ventana, literalmente.

Klara parecía estar sola en la terraza. Se le veía inquieta e incómoda, pero cuando vio a los Kacynzki, se puso peor. Luke y Abella avanzaron un poco entre la muchedumbre para ver si lograban escuchar alguna cosa que dijera, pues parecía estar gritando cosas ininteligibles. Pronto, estuvieron lo suficientemente cerca como para entenderle, pero Klara gritaba en alemán, así que Luke tuvo que traducir la mayoría del tiempo.

—Está diciendo que quiere que ellos se vayan ahora mismo. Dice que si los ve un segundo más saltará más rápido.

En ese momento, Klara se impulsó hasta quedar sentada en la baranda. La gente contuvo el aliento, horrorizados, y los guardias de seguridad se apresuraron a indicarles a los Kacynzki que se retiraran. Ellos lo hicieron, pero Grey no dejó de fijar su mirada en Klara ni un momento.

the heir | hemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora