La chica de lentes rosados

Fiebre

El timbre de fin de clases se hizo escuchar y todos los alumnos salieron, satisfechos. Katie estaba aun impactada por su experiencia con Ethan, sin embargo, debía mantenerlo en sumo secreto.
Mientras caminaba, buscaba a Jennifer con la mirada, y la encontró, con la cabeza baja, lenta, cubriéndose del inexistente frío con sus temblorosos brazos.
—¡Jennifer! No sabes lo que pasó hoy, bueno, con se que no se lo contarás a nadie, te lo contar: Tuve, por primera vez, sexo... ¿Y sabes con quien?
Jennifer negó con la cabeza y Katie prosiguió.
—¡Con Etha! Ethan Goodman, dios, nunca perdí la virginidad de esa manera— Contaba la castaña, extaciada de felicidad.
—Te apuesto un centavo a que te dejara y tendrá sexo con otra luego de un día. Quiero dormir. Rebecca no me deja. Hace días no duermo bien.

Ante esas palabras, Katie sintió pena por su amiga, la horrible y corrosiva existencia de Hausen la estaba carcomiendo.
—M-mira, no se como ayudarte. No somos brujos o hechiceros, tampoco héroes. Solo somos adolescentes... Descansa lo mejor que puedas y no pienses en ella. Yo te metí en esto, yo y Richard, junto a Ethan y la profesora Derleth, destruiremos a lo que sea que fuese esa cosa— Vociferó Philips con valentía dramática.
—Alto... ¿Y Richard?

En su cuarto, el alto rubio estaba en su cama, adolorido, acalorado y solamente usando su celular. El ventilador no daba casi nada de viento y su temperatura corporal era alta.
Le llego un mensaje:
Katie:
"Richi, ¿Que paso? Desde hace días no te vemos."

Richard:
"Solo pasaron dos días. Dos fatídicos días de fiebre y el acoso de esa horrible cosa rosada. Me estoy cansando de esto..."

Katie:
"Bueno, espero que te mejores rápido, porque te necesitamos. Nombremos al grupo: Club de los ganadores.

Richard:
" ¿Por que usaríamos una mala referencia a "IT"? No seas boba. Vamos al punto, últimamente me llegaron mensajes raros en mi computadora, imágenes y vídeo. Intentaré saber que significa. Por otro lado ¿Como está Jennifer? No me ah hablado y no la veo bien."

De pronto, Richard escucha algo en el baño. Algo que merodeaba o parecía buscar algo.
Richard no se levantó, pensó que podía ser su familia que volvió... Pero, no tenia nada de sentido, la puerta no pareció abrirse, las voces de la escandalosa familia eran nulas y, supuestamente, ellos ni volvían hasta la noche.
Alguien entró.

Dejó su celular y miró para todas las direcciones, asustado.
Vio algo moverse en el piso, pequeño, de al menos cinco centímetros de largo.
Luego dos, tres, cinco y el numero crecía.
El joven los miró detenidamente y sus ojos se salieron de sus órbitas cuando supo de que se trataba: Trilobites. Una especie de artrópodos del periodo Cámbrico.
¡Se extinguieron hace millones de años!
Richard dudaba de su sanidad mental, estaba drogado, creía, era un sueño, suponía. Estaba con los pelos de punta, observando como esos artrópodos ancestrales caminaban y se amontonaban en el piso y las paredes.
De un escritorio sacó un veneno para cucarachas y lo rocío a la población de Trilobites, la cual se descontroló por la hostilidad de Richard.
Sin embargo, escuchó algo pesado que venia del techo. Lento y pesado.
Del marco de la puerta se veía unos dedos negros como tenazas pinchudas, dos de ellas qué avanzaban lentamente.
Richard cerro los ojos, rezando con que todo fuese falso.
Pero no, al abrir nuevamente sus ojos, vio a la mismísima Hausen, trepada de forma horrible, tal como un insecto, del techo. Poseía dos pares de brazos, los anteriores, como los de una fusión entre humano, mantis y alguna escorpión prehistórica, y las posteriores, similares a garras negras y huesudas que se clavaban en el techo.
Sus piernas estaban al revés y sus pies se transformaron en zarpas filosas, similares a las de un crustáceo o insecto aberrante.
En su rostro solo habían dos grandes ojos vacíos y carecía de boca.
Temblando, Richard le rocío el veneno y la bestia rosada callo a la cama.
Boca abajo, tal como estaba antes, se levantó y, acompañado por sus resplandecientes ojos blancos, se formó una terrible boca llena de afilados dientes. De la misma, la cual se abría de forma vertical hasta el cuello, salieron las ocho tenazas marrones y mortíferas junto al horrible y ondulante tentáculo succionador.

Richard estaba paralizado al igual que Causen.
Él junto fuerzas para moverse y retrocedió unos pasos hasta la puerta.
Repentinamente, Rebecca comenzó a correr hacia él, emitiendo horribles quejidos y sonidos infernales.
Infectado del terror e ignorando su fatiga, corrió hacia el baño y cerró la puerta, trabándola.
Colocó su oído en la puerta.
Podía escuchar los incesantes y numerosos pasos de los Trilobites y los pesados pasos horrísonos de la caótica Rebecca.
Con el corazón latiendo a mil, buscó algo con que defenderá, pero no encontró nada, estaba indefenso y solo le quedaba esperar a que todo pase.
Luego de eternos minutos, se miró al espejo y allí se mantuvo, tieso, intentando verse lo mal que estaba.
Pero vio algo peor. Su reflejo se separo del espejo, colocó sus manos en la boca y lentamente, la empezó a expandir de forma doliente, agónica e inhumana, mientras Richard intentaba apartar la mirada de ese reflejo suicida.
Retrocedió y su paso se vio detenido por alguien mas.
Rápidamente, Hausen comenzó a agrandarse y a tomarlo del cuello, llevando sus tenazas y tentáculos a la cara del chico
En pánico, dio unas cuantas patadas al estomago de la agrandada bestia, pero nada pasaba, así que, aguantando el dolor, agarró el movedizo tentáculo de Hausen y con su mayor fuerza, se lo arrancó.
Rebecca lo soltó con violencia, haciendo que rompa el espejo y el lava manos mientras la rosada monstruosidad trepaba entre gritos y penetraba el techo para así salir y desaparecer.

Adolorido y con gritos de agonía, se levantó y caminó lo mejor que pudo hacia su celular.
Empezó a llamar a su familia y a la ambulancia.
La policía no le creería.
En el baño, el destruido tentáculo aun se movía, hasta que, rápidamente, se derritió en un espeso líquido rosado.

En la casa de los Philips, Katie veía la televisión en el comedor y justo vio una noticia que le llamo la atención: la desconocida muerte de cinco perros en la mañana.
La nota decía: "En esta mañana, el dueño de los cinco animales, John Gradnet, denunció la misteriosa y no natural muerte de sus cinco perros de raza doberman. La policía y un biólogo examinaron los cuerpos y detectaron una intervención interna, los órganos de uno de ellos habían desaparecido y solo dejaron unos vagos rastros de carne. Los demás, fueron víctimas de numerosas mordidas y rasguños. El caso sigue abierto y hay muchas preguntas."

Katir se empactada, lo aterrador era el hecho de saber quien era capaz de realizar tal atrocidad. La bestia ni solo ataca a humamos.
Decidió mensajear a Jennifer.

Katie:
"Hola Jenni, ¿Como estas? Hoy vi en las noticias algo increíble..."
Y allí, ella esperó..