Ella había observado todo. Sabía que estaba herido. Luego de varias horas se aseguró de que todo había vuelto a la calma. Se aproximó con extremo cuidado a la empalizada. En la oscuridad de la noche pudo sentir donde estaba. Observándolo con temor se ubicó en el lado opuesto cerca de la entrada y se sentó a esperar. El parecía dormido.