Enseñame lo que es el amor

Capitulo 28

Entre a paso lento a la casa de mi infancia, un halo de nostalgia me invadió en cuanto cerré la puerta, no me había dado cuenta cuanto extrañaba estar acá, cuanto extrañaba a mi familia, el aroma de hogar, la risa traviesa de mis hermanos escuchándose en la casa, los abrazos de mi padre, los ojos de mi madre, la palabra justa de mi abuelo.

Di unos pasos y puse mi bolso al lado del sillón individual, pude ver detrás dos maletas lo que me indico que Maria ya había llegado. Me senté en el sillón grande y tire mi cabeza hacia atrás, dejándome llenar por todos los recuerdos de mi niñez, por momento me parecía verme corriendo detrás de uno de mis hermanos, mientras mi madre salía de la cocina con su delantal puesto secándose las manos con un repasador para correr detrás nuestro he intentar que cortáramos con tanto griterío. También me vi en este mismo sillón, más joven, llorando por un nuevo desamor, contándole a mi madre que en el libro que escribieron fulana es para fulanito, debieron haberse olvidado de apuntar mi nombre. Mientras ella, plancha en mano, con una pila de ropa de 10 personas sobre la mesa, pero aun así escuchando cada palabra que le decía sin detener la tarea, intentado darme ánimo, diciendo que cuando menos me lo espere esa persona especial iba a aparecer y que iba a borrar de mi recuerdo todos esos desencuentros amorosos que había tenido, hoy, unos cuantos años después, podía ver que mi madre tenía razón, que conocer a Amelia había sido lo mejor que me paso en la vida, y que cada lagrima que derrame por los equivocados había valido la pena si al final del camino era a ella a quien iba a encontrar.

- Amelia – Dije un susurro, desde que salí de la cabaña la había empezado a extrañar, tenía muchas ganas de que estuviera acá conmigo, dándome la mano y en ese acto, toda la fuerza que necesitaba para hacer lo que iba a hacer. Durante todo el viaje me intente armar un discurso en mi cabeza de cómo iba a contarles a mis padres, frases cortar como " Se acuerdan del libro ¿fulana para fulanito?, en mi caso era fulanita para fulanita" Pero después de pensar en eso pensé en la cara de desconcierto de mi padre al escuchar esas palabras, no me iba a entender a la primera, con el había que ser lo más directa posible, por lo que la opción más viable era " Papá, mamá, tengo novia" Directo, quizás demasiado, pero sabía que después de que dieran vuelta a la idea a esas palabras iban a venir todas sus preguntas que me iban a permitir explicarles y contarles sobre mi vida estos últimos meses.

Había pensado en hacerlo mañana, pero mañana ya era navidad, y pasara lo que pasara con mis padres, desde que me levante esa mañana había algo que tenía seguro, las fiestas las quería pasar con Amelia y para eso tenía que contarles hoy a mis padres para que ellos decidieran si querían invitar a Amelia mañana a casa, o en caso contrario, si tenía que preparar algo para pasar navidad con Amelia en la cabaña.

No le había dicho nada a la involucrada, porque corría el riesgo de que se sintiera presionada a tener que venir a la casa de mis padres o que me intentara convencer que se los contara después de navidad, para dejarlos tener la fiesta en paz, y lo que menos quería era darle un disgusto a mi familia, pero tampoco quería pasar navidad sin ella.

Sin pensar saque mi teléfono del bolsillo de mi campera, y busque la conversación con Amelia.

- "Ya te extraño"- Le puse, mientras me quedaba mirando su foto de perfil, ella no tardó mucho en responder un "Yo también mi amor, te quería escribir, pero no te quería interrumpir el encuentro familiar".

- "Vos nunca vas a interrumpir, escribime cuando quieras, en cierta forma, esto me hace sentirme más cerca – Me tome un momento antes de apretar enviar, pensando en si escribir o no la siguiente oración, no quería hacerla sentir presionada, pero era lo que sentía desde que venía en el auto con Florencia - me gustaría que estuvieras acá conmigo" Ella leyó en el mensaje en el momento, pero tardo mas de lo que me habría gustado en responder.