Capitulo 26

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La tal Jazmín se había quedado al lado de Amelia, mirando de forma desafiante a la madre de Gabriel, esperando quizás que contestara algo, pero con lo último que le había dicho parecía que la mujer se había quedado sin palabras.

- Jaz, ¿Todo Bien? – Un muchacho con un jopo bastante pronunciado salió de la cocina y se acercó a la cocinera.

- Si, todo bien Javo, ¿Sabes dónde está Florencia?

- Estaba en la oficina, ¿Paso algo?

- Pasa que me voy, pero antes le voy a decir el porqué, seguramente ella también va a querer irse de este lugar.

- Estas agrandando las cosas – Finalmente la señora hablo.

- ¿Eso le parece? ¿Qué usted le hable así a dos personas por ir de la mano? – La pelirroja estaba volviendo a alterarse y con cada palabra aumentaba el tono de su voz.

- ¿Se puede saber que son esos gritos? – Una chica morocha, un tanto menuda, salió de la oficina.

- Pasa que me voy – Le contesto Jazmín.

- ¿A dónde te vas?

- Vuelvo a Buenos Aires, no pienso trabajar para una persona intolerante y discriminadora.

- ¿De qué hablas Jazmín?

- Hablo de que tu socia quiere que estas chicas se vayan porque son pareja, dice que traen mala propaganda al hotel, así que imagínate lo que pasaría si se enteran que una lesbiana les está preparando la comida, tendrían que traer a un exorcista para que les saque los espíritus gays de adentro.

- ¿Usted dijo eso? – Se dirigió la morocha a la madre de Gabriel.

- No fue tan así Florencia.

- ¿Ahora va a decir que escuche mal? – La apuro Jazmin, con Amelia quedamos en el medio de toda esa discusión mirando de lado a lado como en un partido de tenis, no podíamos creer que dos desconocidas se hubieran puesto en nuestras defensoras.

- No, no digo eso, digo que hable por impulso, es que Sali de la oficina y las vi a las chicas asi a los besos y me parece que no es algo que pueden ver los niños.

- No estábamos a los besos – Retruco Amelia.

- Y aunque lo estuvieran, ¿Qué tendría eso de malo? – Le dijo la morocha, parándose adelante nuestro con apoyando ambas manos en su cintura en forma de taza – ¿O acaso usted cree que yo a mi mujer la saludo chocando los 5 cuando entramos al hotel?

- No, bueno, calculo que no, pero es que tampoco vos me habías dicho que estabas casada con una mujer.

- ¿Y porque le tendría que estar aclarando a usted con quien estoy casada vieja conchuda, ano dilatado?

- Jaz ¿Flor no estaba mejor del tourette? – Le pregunto el muchacho del jopo a la cocinera.

- Lo está, solo le gusta putear a la gente que se lo merece.

- Perdón Florencia, no, no me di cuenta, es que soy una señora de otra época y hay cosas a las que no estoy acostumbrada.

- Pues se acostumbra que estamos en el año 2019 doña Ascensión, y no es a mí a quien tiene que pedirle disculpas, es a las chicas que las hizo sentir incomodas.

- Si, disculpen chicas por lo que les dije, son bienvenidas a quedarse el tiempo que quieran aca.

- Le agradezco señora, pero no me pienso quedar ni un rato más en un hotel manejado por una persona como usted, sé muy bien que sus disculpas no son sinceras, que lo que dijo es lo que piensa realmente, así que ahora vamos a ir con mi novia a buscar nuestras cosas y nos vamos a algún otro hotel – Le contesto mi novia.

Enseñame lo que es el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora