Capitulo 27

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Me desperté cuando una brisa de aire hizo que mi cuerpo se sacudiera y se erizara toda la piel de mi espalda, lleve hacia atrás mi mano intentado tocar el cuerpo de Amelia, pero no la encontré, me puse boca arriba, restregué mis ojos, y lentamente los fui abriendo dejando que se acostumbraran a la luz del sol que entraba por la ventana de la cocina y pegaba de lleno en toda la sala.

Me quede en esa posición, mirando el techo, dejando que mis otros sentidos se fueran despertando, y fue ahí cuando sentí el ruido del agua correr en el baño, eso termino de despertar mis cinco sentidos y algunos más, y sin pensarlo ni un segundo, me levante y me apure para entrar al baño con la idea de meterme en la ducha con mi novia.

Tarde, cuando estaba por abrir la puerta pude sentir como cerraba la ducha y corría la cortina, por lo que volví a la cama improvisada que habíamos hecho anoche, y me acomodé como si siguiera durmiendo, si el plan A se había caído, iba a recurrir al plan B que era quedarme ahí para que Amelia me viniera a despertar con una sesión de besos.

Por supuesto no tuve que esperar mucho para eso, en cuanto salió del baño se acercó a mi lado y se sentó detrás mío, comenzó a acariciar mi pelo mientras decía mi nombre en un susurro.

- Luisi... amor..

- mmmm – Conteste manteniéndome en el papel de dormida.

- ¿Estas muy dormida?

- Mmmsi.

Se recostó haciéndome cucharita, y me dijo cerca del oído.

- ¿Entonces no fuiste vos la que dejo las huellas de piecitos con talco desde acá hasta el baño?

- Mmmierda – Y cayo el telón.

- Jajaja ¿porque no entraste?

- Porque no llegue!! Cuando estaba por abrir la puerta saliste de la ducha.

- Ahh ¿me querías agarrar en la ducha?

- Puede ser....

- Que sexópata resulto mi novia.

- Sexópata no, solidaria, solo entraba para ayudarte a enjabonarte la espalda.

- Bueno solidaria, ¿Me ayudas a preparar el desayuno o queres quedarte remoloneando un ratito más?

- Te ayudo, ¿Pero no te estas olvidando de algo?

- ¿Qué cosa?

- Mi beso de buenos días – Le conteste haciendo morritos para que no se demorara mucho en cumplir mi demanda.

Sonrió, tomo mi cara con ambas manos, y comenzó a besar mis labios, primero con muchos picos, para luego empezar a tomar más intensidad, demorándose más y más con cada uno, dedicándole mayor atención a mi labio inferior, al que le dejaba pequeñas succiones. Estaba por mandar al diablo el desayuno y tirarme encima de ella, cuando dos golpes en la puerta nos explotaron la burbuja.

Amelia era la que estaba más vestida, bueno, tenía aun la bata, y por lo que pude ver cuando se volvió a sentar con el cinturón de la misma algo flojo, no tenía nada más abajo, pero acomodo un poco su bata, y se levantó para ir a ver quién era.

- Buen día – Sentí la voz de Florencia en cuanto mi novia abrió la puerta – espero no molestar, quería saber cómo estaban después de la lluvia de anoche, y de paso invitarlas a desayunar a nuestra cabaña, Jaz cocino para un batallón.

- Muchas gracias, ahora le pregunto a Luisi y te aviso, aunque no creo que tenga problema.

- Por mí, todo bien – Le grite desde el living, y me levante para ir a darme una ducha.

Enseñame lo que es el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora