Vida Oscura

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5 minutos antes...

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—¿Estás borracho? Ay no, Alejandro, ya habíamos hablado de esto. No quiero que hagas tu numerito acá.—Le gritó por el teléfono la mexicana a su hermano alcoholizado.

—Ese muchacho me decepciona más cada día—dijo Héctor frente a sus amigos del gobierno—todo lo que hago es para hacerlo feliz y así es como me lo paga.

—Pues ni un santo eres tú. —Contestó Iztel, provocando que las personas alrededor murmuraran y eso lo puso serio.

Pasó al otro lado de la sala donde varios fotógrafos y reporteros se encontraban anunciando la conferencia pública que se daría. Itzel sintió algo raro crecer de su pecho pero ella no le prestó mucha atención y pensó que serían los nervios.

Tomó un aperitivo de la mesa y lo comió con tranquilidad hasta que España se apareció al lado suyo.

—¿Tú qué haces aquí?

—Tu jefe me ha invitado—respondió el español, contento de ver a su "hija" de nuevo— ¿dónde está tu hermano?

—Por ahí, ahorita viene... Espero... Sino le voy a partir su madre por dejarme abajo.

España rio y tomó una copa de vino que le ofreció un mesero.

—¿Y de qué quiere hablar tu jefe?

—No sé, me dijo que sería una sorpresa. No ha dado muchos detalles al público también, sólo lo escuché conversando con el jefe de China.—Respondió la mexicana, con aquella sensación creciente más fuerte e intensa.

Entonces fue que aquel sentimiento salió y España se dio cuenta, lo primero que hizo Itzel fue correr hacia los guardias que se aproximaban a su mismo paso con alerta. Los empujó preguntándoles una y otra vez "¡¿QUÉ LE PASÓ A MI HERMANO?!". Llamó la atención de todos los presentes hasta que escucharon el ruido de afuera y se atrevieron a salir. Ahí observaron con terror, el bullicio de unas calles atrás y el fuego que comenzaba a bailar.

—¡HERMANO!—Gritó Iztel sacándolos de sus pensamientos, la vieron correr hacia el automóvil con horror hasta que tuvieron que detenerla, ya que era peligroso si un componente dañado del auto se movía y los aplastaba. A ella no le importó y siguió llamándolo, juró haber visto su piel ensangrentada debajo y oír en un murmullo su voz llamándola también.

Un equipo de agentes ya estaban en marcha, midiendo la gravedad del incidente y proponiendo estrategias seguras. En menos de un segundo, los materiales se vinieron abajo y aplastaron el vehículo, causando gritos de pánico entre la multitud.

Héctor, por otro lado, estaba enfurecido ya que eso significaba tener que cancelar su conferencia, así como sus planes secretos.

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Transcurrieron más de tres horas. Uno de los sujetos logró mover las varillas con una grúa, sacando con cuidado el cuerpo de México. Itzel se liberó de los guardias otra vez y corrió hacia la camilla donde depositaban a su hermano, no resistió las ganas de llorar al verlo a salvo.

—¿Qué pasó con el conductor?—Preguntó uno de los rescatistas al ver a los miembros de su equipo entrar al vehículo por quinta ocasión. Esto captó la atención de Itzel, quien creía que su hermano fue el que había estado conduciendo.

—Herida en pulmones e hígado, pero se pondrá bien. Ellos no pueden morir por cosas tan simples como estas.—Respondió su colega, asegurando el área y retirando más vigas hasta sacar al cuerpo inconsciente de Estados Unidos.

Silencio [UsaMex] |Hiatus|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora