El vagón iba vacío, así que aproveché para sentarme a su lado.
- Hola.– Le sonreí. Ella me miró, y sonrió.
- Hola.– Pude ver que no estaba leyendo nada.
- ¿Se te olvidó el libro?.– Pregunté, sonriendo.
- Oh, no. Pero no fue muy interesante, así que lo dejé.– Respondió.– Cometí un error al creer que podía encontrar a otro escritor parecido a Lili Manobal. Pero creo que ella es única.
- ¿Tú crees?.
- Si. No volveré a buscar otros escritores...– Bajó la mirada, tímida.– Pero no he tenido otra opción, al ya leerme todos sus ejemplares. No ha habido ningún otro por ahora.– Aclaró.
En ese momento tuve una idea.