Me fuí separando un poco, y la miré directamente a los ojos, mientras sonreía.
Miré sus labios, y lo suaves que se veían éstos. Ella se los lamió intencionalmente, dándome la señal que necesitaba.
Cerré mis ojos, y posé mis labios sobre los de ella.
Dios, si ésto es un sueño, no quiero despertar jamás...