- No eres tonta...– Le dije.– Aparte, hoy no tenía ganas de trabajar.– Le sonreí.
- Solo lo dices para no hacerme sentir mal.– Rió.– Oye, ya que...Bueno, no fuimos a trabajar, ¿Te parece ir por un café?.
- ¿Como una cita?.– Bromeé.
- Algo así.– Me siguió el juego.