Capitulo 28: Union

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<<Antes>>

-Estoy segura Paul, no sé si tendremos un mañana.-Iba a hablar pero no lo deje.-Y aunque tú digas que estaremos bien, no puedes asegurarlo. Y quiero que tengamos este momento, quiero que tú estemos tú y yo, aquí y ahora.

>>Ahora<<
Los ojos de Paul brillan, los míos deben estar igual. Con decisión me acerco a él y beso sus labios. No tarda en responderme pero con una mayor intensidad.  Paul se sienta en la cama y me arrastra hasta su regazo, sus manos se posicionan en mis caderas, involuntariamente me muevo, a lo que mi lobo suelta un gruñido, creo que de aprobación. Una de sus manos se posa en mi trasero. Suelto un gemido al sentir cómo lo aprieta, Paul sonríe ante mi acto. Me muevo despacio, los músculos de Paul se tensan, cosa que me gusta, deja mis labios y continúa con mi cuello, descendiendo y dando besos húmedos en este, demonios. Continuó con mi movimiento pero con mayor fuerza, Paul muerde mi cuello, indicándome que le gusta. Paul se separa de mi y se quita rápidamente su camiseta, yo hago lo mismo con la mía y mis pantalones, quedando en ropa interior frente a él. De un momento a otro vuelvo a estar recostada en la cama y Paul se posiciona arriba de mi. Muerdo mi labio mirando su torso bien trabajado.

-¿Te gusta lo que vez?, porque a mi si.-Una sonrisa pícara se instala en su rostro. Y se perfectamente que se refiere a mi cuerpo, ya que lo recorre de arriba a abajo sin perder detalle. Se acerca a mi y ataca mi cuello y parte de mi lóbulo, mordiéndolo y lamiéndolo. Dejo de pensar. Dios, estoy segura que moriré.

Paul continúa con su acción y sus manos descienden a mi cuerpo, tocándolo a su voluntad. Suspiros y gemidos salen de mi boca.

-Hermosa no puedo más.-Se a lo que se refiere, y tampoco puedo.

-Hazlo.-Paul asiente y termina de quitar la prendas que nos quedan. Quedando desnudos ambos, se separa unos momentos de mi y toma su pantalón, de él saca un condon, yo lo miro mal.

-¿Que?. Debía estar preparado.-Vuelve conmigo y se posiciona entre mis piernas.-¿Estás lista?.-Yo asiento, algo nerviosa, volteo a otro lado. Pero Paul toma mi mentón y me hace mirarlo a los ojos.-Oye, tranquila.-Dice Paul al ver que estoy un poco nerviosa.-Jamás haría algo que pudiera lastimarte.-Yo asiento.-¿Quieres seguir?.

-Si.-Respondo decidida. Paul sonríe y asiente, rompe el preservativo y se lo coloca. Se posiciona entre mis piernas y poco a poco siento como si miembro entra en mi. A lo cual suelto un pequeño grito al sentirlo una vez completo en mi interior.

-¿Estás bien?.-Pregunta Paul con dificultad. Yo asiento.-¿Te duele?-Yo niego. Paul espera a que me acostumbre a su tamaño, lo cual dura unos minutos hasta que ya me siento cómoda. Muevo mis caderas indicándole a mi lobo que se mueva, así lo hace, suelta un gruñido con el primer movimiento. Pero hace lo que pido, comienza a moverse lentamente. Supongo que para no lastimarme.

-Más rápido Paul.-Susurró con mi mano en su pecho. Él asiente y aumenta la velocidad, colocó mis manos en su espalda por la fricción. Tras unos minutos más ambos nos venimos, Paul deja caer su cuerpo a mi lado y pasa su brazo por mis hombros. Atrayéndome a él. Yo recuesto mi cabeza en su pecho, intentando recuperar la respiración.

-¿Estás bien?.-Pregunta Paul tras unos segundos, está exaltado, creo que al igual que yo.

-Si, aunque muy cansada.

-Pues duerme hermosa.-Paul besa mi cabeza y luego nos cubre con la manta, aunque no hace falta, ya que la temperatura de nuestros cuerpos aún es alta.

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Parpadeo un par de veces antes de aburrir los ojos. Lo primero que veo es el cuarto de Paul, los recuerdos de la noche anterior vienen a mi cabeza. La mano de mi lobo rodea mi cintura. Por mi parte acaricio su brazo, haciendo que presione su brazo contra mi cuerpo, acercándonos.

-Buenos días hermosa.-Susurra mi pareja dándome un beso en la cabeza.

-Buenos días Paul.-Le sonrió.

-¿Como te sientes?.-Pregunta preocupado. Pero se a lo que se refiere. Sonrió con ternura.

-Estoy bien. ¿Y tu?

-Perfectamente.-Dice Paul acariciando mi cabello.-Gracias por la magnífica noche.

-Gracias a ti por ser tan delicado conmigo.

-¿No te he hecho daño verdad?

-No, claro que no. Estoy bien.-El asiente tranquilo.

-Me alegro, porque debemos levantarnos y desayunar para poder irnos, Sam nos espera amor.-Yo asiento y me levanto rumbo a la ducha, necesito algo para despertar. Tras bañarme y vestirme bajo a preparar el desayuno en lo Paul esta listo. Desayunamos juntos. Sin separarnos uno del otro, ya que debido a nuestra unión de la noche anterior nos necesitamos más que antes. Al terminar nos transformamos y corremos por el bosque. Hasta donde los demás están, sabiendo perfectamente que el peligro se avecina.

No eres lo que creí -Paul Lahote-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora