39.

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Pasaron algunos días luego de la cena que tuvimos en aquella mansión.
Yo me quedé conviviendo con Kim un tiempo, todavía no me dejaba irme con el bebé, no se sentía seguro quitándonos los ojos de encima.

Un martes, me encontraba sentado en el sillon de la sala de estar, miraba algunas noticias mientras mecía a Kwan, que se encontraba acostado en una pequeña cuna en el suelo.

Escuché que llamaban a la puerta, Kim me habia dicho que atienda ya que esperaba un correo muy importante o algo asi, no entendí mucho porque el estaba muy apurado, llegaba tarde al trabajo y me explico muy por arriba.

Tomé la perilla de la puerta de entrada al departamento y la abrí, encontrándome con algo totalmente diferente a lo que esperaba.

—¿Qué haces tu aquí?—Una mujer de cabello morocho y hermosa contextura física bajaba sus lentes de sol para verme la cara.

—¿Perdón?

—¿Qué haces tu en la casa de mi prometido?—-
Arrugo su entrecejo, impaciente.

¿Era ella? Esta bien que solo se había teñido el cabello pero lucia un poco distinta.

—¿Donde está? Quiero explicaciones

Entró sin más, ignorándome y buscando por todos lados a Kim.
Recorrió el baño, la cocina, la habitación y hasta el balcón, pero claramente no iba a encontrarlo.

—El no está, se fue a trabajar—Contesté mientras cerraba la puerta, al parecer ella se iba a quedar. Lo único que me faltaba.

Volvió a la habitación en la que yo estaba y me miró con cierta pizca de furia en sus ojos.
Me agaché rápidamente y cargué a mi bebé, al parecer no lo había visto y yo tenía miedo de que se lo llevara por delante.

—Lamento el inconveniente, es que me he quedado aquí porque-

—¿Por qué eres un destruye matrimonios?—-Me cortó y se cruzó de brazos.

—Mira, te explicaría si cerraras la boca de una puta vez y me dejaras explicarte todo, ¿Eh?—Fruci mi ceño mientras la miraba amenazante.-Solo siéntate en el sillon y escuchame

Ella solo bufó y me hizo caso, sentándose en el gran sillón de cuero mientras acomodaba su cabellera.
Procedí a sentarme a su lado y recosté al pequeño Kwan en mis piernas para descansar los brazos.

Pasaron las horas, hablamos de muchísimas cosas, ya no se notaba tan agresiva conmigo, más bien me comprendía y hablaba desde su punto de vista para intentar darme una ayuda o concejo.

Escuchamos la puerta de entrada abrirse entonces ambos miramos para ese lugar, sabíamos quién era esa persona que estaba por ingresar a la sala.

—Jungkook, te compré helado en el camino, ya que insististe tanto con el—Estaba sacándose el saco de encima como podía para colgarlo sin tener que soltar la bolsa en la que traía el helado.

Una vez que lo logró, empezó a caminar hechi nosotros y ni se había percatado de ella.

—Hola—Ella saludo con su mano y revoleo sus ojos.—Ni me registras

—¿Qué haces aquí? ¿Y tú viaje? ¿Cómo viniste temprano?—Kim desvió su mirada hacia mí, me observaba estupefacto ante la sorpresa.

—Este chico de aquí me contó todo lo que sucedió entre ustedes dos, ¿Y sabes que?—Ella se levantó rápido del sillón y caminó hacia Kim para darle una buena cachetada en ma mejilla derecha.—¡Eres un maldito hijo de puta!

—Mira...—Kim sostuvo su mejilla con su mano, mientras miraba hacia otro lado.—Tú no me puedes reclamar nada, también estabas saliendo con otra per-

Ella lo interrumpió con otra sonora cachetada.

—¡¿Como pudiste hacerle esas aberraciones a este chico?! ¡Estás enfermo! ¡Todo lo que sufrió y nunca te importo!—Lo tomó con fuerza de los cabellos y hizo que agachara su cabeza en dirección a Kwan, señalandoselo.—
Tu lo violaste salvajemente y lo dejaste embarazado, ¿Y no querías hacerte cargo? Encima estorcionaste a este chico para que no te denuncie diciendo que eras poderoso, ¿Sabes qué? Ahora yo lo ayudaré si es que quiere denunciarte, lo apoyaré

Lo soltó de golpe y se volvió a acercar
a mí.
Yo no podía creer toda esta situación, estaba sorprendido y a la vez agradecido con esta chica, pensar que yo creía que era una desgraciada.

—¿Quieres ir conmigo? No te convendría quedarte con este maldito estafador—Su tono de voz era suave comparada con el tono que había usado contra Kim.

—Tranquila, ya la situación está mucho mejor y tengo cosas que hablar con el, cualquier cosa no dudaré en decirte—Le sonreí en forma de agradecimiento.

La chica levantó su mano y empezó a quitar su anillo de su dedo para luego dejarlo sobre la mesa ratona.
Ella solo caminó hasta la puerta y se fué sin despedirse de Kim.

Apenas escuchamos la puerta cerrarse, Kim se acerco a mi rapidamente y me empezó a mirar con una horrible cara de ira.

—¿Cómo que le contaste todo? Creí que ya no dirías nada

—Que no te lo recuerde todo el tiempo no quiere decir que no lo recuerde, yo nunca olvidaré las cosas horribles que me hiciste a mí y al bebé, no te confundas—Sonreí mientras me acercaba a su rostro, desafiante.

El solo suspiro pesadamente y se dio media vuelta para ingresar a su habitación, cerrando la puerta tras de si de un golpe.

Aceptación【 Kth + Jjk 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora