15.

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La música de la radio no era de mi gusto era un estilo de música clásica que no lograba atraparme del todo.
Kim se veía algo cansado y de vez en cuando sacaba una de sus manos del volante para pasársela por el cabello y revolver éste con algo de, lo que parecía ser, frustración.

Recordé lo que minutos atrás había sucedido.

Cuando volvimos el auto luego de haber hecho nuestras compras en el supermercado, el metió la cuna en la parte trasera del auto mientras suspiraba.
Me subí al auto porque los pies me estaban matando y luego lo hizo el, comenzando a dar marcha atras para poder salir del estacionamiento y tomar la calle directo a casa.
Luego de unos minutos, le pregunté que le sucedía, si se encontraba bien y me dijo que si, pero luego de insistir más como para que me cuente, golpeo con sus manos el volante y grito "¡Estoy jodidamente bien!".
Yo, tan mierda como siempre, le dije que porque había aceptado ser el padre de mi bebé en frente de ese hombre. "Cierra la puta boca todo el camino si no quieres que te golpee, ya veré como arreglo ese tema, solo no te metas".

Y aqui estamos, escuchando musica clásica porque el la colocó para "calmarse", supongo, a mi solo lograba irritarme más y más el estupido violín que sonaba hace como más de 1 hora.

Finalmente llegamos a casa, estacionó frente a la puerta de los departamentos y se bajó para abrir el baúl y me espero para poder sacar las bolsas.
Bajé del auto y sentí unas gotas bastante gruesas golpear mi rostro, cubri mis ojos con mi mano y miré al cielo, notando que estaba completamente nublado.

—Vamos, debo volver a la oficina—Luego de que dijo esto, se escucho un gran trueno y las gotas comenzaron a caer con más rapidez y furia que antes.

Salí del trance y corrí hacía donde se encontraba el, tomé unas bolsas y fui rápidamente a dejarlas en el portal del departamento.
Metí mis manos en los bolsillos y no encontraba mi llave. Kim había corrido al igual que yo hasta el portal y me miró con una mueca de desaprobación.

—¿Que sucedio? —Preguntó, frunciendo el ceño.

—Mis llaves... creo que jamás las tomé —levante la vista y me encontre con el rostro de Kim, se encontraba muy cerca al mio, debido a la falta de espacio que había en ese lugar. —L-Lo lamento

Él suspiró y procedió a quitarse el saco negro, ya se encontraba casi toda su ropa mojada.
Lo sacudió un poco y me lo colocó para cubrirme.

—Esta helando, no sería bueno que te enfermes, ni para ti ni para el bebe—Miró hacía otro lado y yo tomé el saco con fuerza mientras lo observaba sorprendido.

—G-Gracias, lo aprecio mucho

—Agh, ¿Por qué tartamudeas? Suenas como una adolescente enamorada

—¡Hey! No es mi culpa, es raro que tengas estos gestos conmigo, hace unos minutos dijiste que me golpearias y ahora me tratas lindo—Lo miré con algo de confución en mi rostro.

—Como sea, ¿Cómo entramos?

Presione el timbre de la recepción y rápidamente, apareció el portero en la ventana de la puerta para ver quien llamaba. Al verme me reconoció y procedió a habilitarnos la entrada.
Luego de subir las escaleras, llegamos a el pasillo de mi apartamento.

—No deberías subir escaleras

—Debería andar en ascensor pero no tengo presupuesto para pagarme un departamento que lo disponga

Llevé mi mano al picaporte de la puerta que pertenecía a mi apartamento y esta se abrió, jamás la había cerrado con llave, claramente.

—Bien, le haces el trabajo facil a los ladrones

Revoleo los ojos algo fastidiado e ingreso entrando directamente a la sala para poder sentarme en el sillón y quitarme las zapatillas que tanto me apretaban debido a que tenía los pies súper hinchados de haber estado parado mucho tiempo.

—¿Alguna vez te dije que tus pies hinchados como empanadas se ven tiernos? —Dejó las bolsas en la mesa y volvio a dirigirse hacía la puerta para ir a buscar la cuna.

Paso mucho tiempo, demasiado y el no regresaba.
Pensé que se había ido ya y se había olvidado de la cuna, era de esperarse de un hombre como el, pero luego recorde las escaleras y que no hay ascensores.
Me levante rápidamente y caminé rápido a las escaleras. Me asomé a ver si podía visualizarlo.

—¿Kim?

Escuche un quejido y el ruido de una caja golpear contra los escalones. ¿Se había caido?
Bajé lo más rápido que pude unos escalones y lo vi recostado en el suelo, inmediatamente me acerqué y me agache como pude.

—¿Kim? ¿Estas bien? Dios mío, romperas tu espalda haciendolo solo, te ayudaré—Me levante para tomar un borde de la caja pero el se puso de pie rápidamente y quito mis manos con las suyas.

—Estas demente si crees que te dejaré hacerlo, ve arriba, yo ya llego

Le asenti algo apenado y volví a subir para esperarlo arriba, no le faltaba mucho y cada vez que avanzaba un escalón, una chispa de orgullo se prendia en sus ojos, se sentía cada vez más victorioso.

Una vez que subio y arrastró la caja a el departamento, suspiro y coloco sus manos en sus caderas.

—¡Gracias, muchas gracias! —Aplaudi y le sonreí.

—No es nada

—Hey, esta lloviendo y... pense que seria peligroso que manejes... con el día así... asi qué ¿Quieres quedarte un rato a tomar un te.... conmigo?—Un leve sonrojo apareció en mis mejillas.

Pero el sonido de su teléfono nos interrumpió.
Lo sacó del bolsillo delantero de su pantalón negro de vestir y miró para ver quién era.

—Está bien—Volvió a guardarlo y me miró.—Ve a preparar el agua

Aceptación【 Kth + Jjk 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora