22.

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—¿Puedes llevarme a casa? No me siento muy bien y el bebé me esta matando—Dije mientras tocaba mi vientre y hacía algunos gestos de dolor.

No me respondió pero me hizo un gesto con la cabeza, indicándome que entrara en su auto.
Alegremente, bajé a al calle y abrí la puerta del copiloto para lograr sentarme. Esperé a que Kim hiciera lo mismo, pero en el asiento del conductor, y así lo hizo.
Se veía un poco cansado pero igual estaba de buen humor, eso me alegraba, disfrutaba mucho de el tiempo que pasaba con el cuando estaba en ese estado de ánimo, y el también parecía pasarsela bien.

Miré atentamente su rostro, estaba serio, sus ojos reflejaban seguridad, me daba miedo a veces mirarlo fijamente ya que me atemorizaba, esto me pasaba mucho cuando recien lo conocí, pero ahora parecía estar acostumbrandome, es más...

Llevé mi mano a su hombro y comencé a acariciarlo suavemente, mis dedos tocaban la suave tela de su saco. Él tan solo me miró de reojo y volvió a centrar su vista en el tránsito.

—¿Qué haces?—Espetó con su gruesa voz, la cual hizo que me asustara un poco y alejé mi mano de el.

—Nada, solo vi una pelusa en tu hombro y no me podía resistir a quitarla—Reí bajito y metí mis manos entre mis muslos.

Es más... creo que me gusta, todo de el me gusta.
Aun qué me siento un enfermo cuando pienso en esto, siempre intento esquivar este tema porque esto está mal, no debería gustarme el hombre que abuso de mi, y encima ahora espero un hijo suyo el cual será un no reconocido, jamás tendrá un padre presente.
Pero no puedo evitarlo, en verdad no puedo.
Tendré que meditar esto con ayuda profesional.

Una vez que estaciono en frente de casa, miré mis manos y comencé a hacer que mis dedos jugaran entre sí.
Kim se acomodó y apoyó su espalda en la puerta para mirarme mientras se colocaba sus clasicos lentes dorados, se veían costosos la verdad.

—Bueno, ya estamos aquí, ¿Por qué no estás corriendo hacia tu casa?

—Es que...—Pensé en hablar con el sobre el tema que me hacia doler la cabeza hace tanto tiempo, pero luego pense que lo mejor sería no contar nada, ¿Y si dejaba de hablarme? ¿Si ya no vendría a dejarme comida? ¿Si me tomara por idiota? ¿Y si tal vez estaria arruinando la minima oportunidad de que el se enamorara de mi?.—Nada, ya me voy

Llevé mi mano al botón desbloqueador de puertas que se encontraba en el apoya brazos de mi lado pero me detuve, dejando mi mano suspendida en el aire.
¿Besarlo no arruinaria nada, no?
Rápidamente me acerqué a Kim y lo tomé de la corbata para evitar que se escabullera. Ataque sus labios sin compasión mientras cerraba mis ojos para intentar hacer el beso mas profundo y cálido.
Sentí su mano recorrer mi cintura para luego tomarla con fuerza y posesión.

Nuestras lenguas se entrelazaron y jugaron entre sí, intentábamos obtener cada vez más del otro.
Me apagué a el lo más que pude, intente que nuestros cuerpos hicieran contacto, pero mi vientre hizo de barrera entre los dos.

Me separé de el por la falta de oxígeno, suspirando levemente y comencé a reirme.

—El bebé se interpone entre nosotros—Acomode un mechón de mi cabello tras mi oreja.

—Ya lo creo—Dijo con firmeza y seriedad.

La manera en que lo dijo, sonó algo como... ¿Acaso fue con enojo?
Me separé al sentir mi celular vibrar ante una nueva llamada. Lo saqué de mi bolsillo, dislumbrando que en la pantalla se aparecía el nombre de Hae.

—Debo atender, gracias por traerme a casa—Sonreí como modo de despedida y me dispuse a abrir la puerta para salir.

Una vez que toqué con mis pies el asfalto, atendi la llamada mientras trataba de levantarme de manera ágil.

—¡Hola Hae! ¿Vendrás a verme al final? Sabes que no es necesario

Continue con la conversación sin darme cuenta que Kim estaba ahí, escuchando todo.
Cerré la puerta y crucé la calle para llegar a la puerta del lobby del departamento.

Aceptación【 Kth + Jjk 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora