11.

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—¿Qué? ¿estás loco?

Kim me tomó de la cintura con sus manos y mientras me besaba, me fue empujando hasta la cama. Sentí mis piernas chocar con algo y a los segundos, caí de espaldas sobre la cama.

Kim se posicionó sobre mi, no ejercía fuerza sobre mi cuerpo pero no me daba mucha movilidad.

—Es en serio, alejate

Se acercó a mi rostro con una sonrisa algo perversa y besó mi cuello con salvajismo.
Unas lagrimas comenzaron a salir de mis ojos, tenía miedo, no quería dejar que algo le pasara al bebé.

Sus manos viajaron a su pantalón, exactamente a su cremallera, comenzandola a bajar lentamente.

—¡Basta!—Le pegué en los hombros con mis manos.

Se separó de mi cuello y me miró fijamente.

—¡No quiero hacer esto!—Llevé mis manos a mis ojos y comencé a llorar más fuerte.—Quiero que este bebé nazca, no importa si tiene padre o no, no creo que lo mantenga yo, seguramente se lo daré a una familia...

Sentí que él se detenía un rato, pero luego sus manos fueron a parar a mi pantalón, el cual comenzó a deslizar hacía abajo.
Haría lo que sea con tal de acostarse conmigo, asqueroso.

Quite las manos de mi rostro y con la derecha, le di una fuerte cachetada, haciendo que de vuelta el rostro.
Nos quedamos un rato en silencio hasta que volvió a mirarme y se rio.

Se rio.
Jamás había visto su sonrisa o oído su risa.
Me quedé mirándolo, embobado.

—Sólo te estoy quitando los pantalones para que duermas bien cómodo, no haremos eso

Sus dientes y sus labios eran hermosos, formaban una perfecta sonrisa cuadrada, parecía la misma que la de un niño pequeño.
Llevé mi mano a su rostro, y acaricie lentamente su mejilla, su piel era muy suave.

—¿Qué sucede?—me miró y sonrío otra vez.—¿Acaso te haz enamorado de mi, Jungkook?

—¡Cállate!—Me sonroje y miré hacía otro lado, no podía mirarlo a los ojos, me daba vergüenza.

—No te enojes

Me quitó los pantalones y procedió a quitarse su camisa, seguido de sus pantalones.
Se acomodo a mi lado y antes de meterse bajo las sabanas, levanto un poco mi remera para observar mi vientre.

Acerco su mano a éste y comenzó a darle suaves caricias.

—¿Se pueden sentir las pataditas?—Continuó mirando mi vientre con algo de melancolia en su rostro.

—S-si, se sienten más si pones tu mano aquí-tomé su mano y la coloqué del otro lado de mi barriguita.

El bebé comenzó a dar patadas y por el gesto de sorpresa que se formo en la cara de Kim, me di cuenta que lo había sentido.

Sonreí y cerré los ojos.
A los segundos, sentí sus labios posarse en los mios para formar un simple beso.

Se separó y acostó a mi lado, cubriendose solo hasta la cintura con la sabana. Estaba dandome la espalda.
Me quedé en silencio y procedí a tapar mi vientre.

—Mañana te llevaré a comprar muebles nuevos para tu bebé

—Gracias, Kim—Sonreí mirando el techo.

Escuché un resoplido de asentimiento y cayó dormido casi al instante.


Aceptación【 Kth + Jjk 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora