XIV

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¿Era un sueño? Arthur Pendragon le proponía matrimonio a Kathy, la simple sirvienta con un secreto de locos. Las diferencias eran grandes, él un príncipe, ella una plebeya, además de que ella tenía magia y él era un muggle. En ese momento nada le importó y solo lo que pudo decir fue un rotundo... -Sí! por su puesto que quiero ser tu...- Arthur no la dejó terminar y enseguida la besó. Sus manos se enredaron en el cabello rubio de Kathy y ella sentía que si él no la seguía sosteniendo en cualquier momento se iría flotando.
Se detuvieron un momento para respirar. Él la miró en silencio. Recorrió con sus dedos su pómulo hasta llegar a sus carnosos labios. Siguió su camino suavemente sobre ellos. Aquello hizo estremecer a Kathy que deseaba con urgencia que la siguiera besando. Arthur no se resistió y la besó nuevamente. Esta vez su lengua se encontró por unos instantes con el labio inferior de la chica. Continuaron en un beso salvaje con un deseo nunca antes visto. Él succionaba su labio inferior mientras ella continuaba con el cabello del príncipe entre sus dedos. Ella le acestaba pequeños mordiscos que. hizo estremecer hasta la entrepierna del príncipe.
Él la tomó por la cintura y la llevó hasta la cama. No demoró mucho tiempo hasta que los dos ya eran uno y explotaron en un orgasmo mucho más grande que el anterior. Estuvieron repitiendo ese ciclo por horas en una posición más extravagante que la otra hasta que cayeron rendidos. Ella se quedó entre los brazos de Arthur hasta que asomó la primera luz del día.
Kathy despertó y vio que todavía llevaba aquella pulsera. Sonrió al ver que su sueño no acababa. Allí seguía junto a su...prometido. Le dio un beso en la frente. Dormía a pierna suelta. Kathy adoró observarlo así. Fue hasta la bañera. Esta vez no cerró las ventanas. La tenue luz del sol iluminaba varios retazos de su cuerpo cubierto en su mayoría por la espuma de la bañera. Allí permaneció mientras miraba por la ventana los jardines del palacio. Entonces de repente sintió que alguien más entraba en la bañera. Era Arthur. Le acarició la espalda y ella disfrutaba cada segundo de su compañía. Volteó a verlo y este la besó.
-Pensé que necesitarías ayuda para tomar un baño matutino-dijo Arthur sonriente
-Sé bañarme sola ... aunque cuando estás cerca se me olvida- él la abrazó por detrás y se quedaron juntos observando el día que nacía por la ventana. Él le escribió algo en la espalda.
-A que no adivinas
-Me tomaste desprevenida . Hazlo otra vez ,bobo
- Como diga mi Bobi.
-¡¿Bobi?! ¿ese apodo me inventaste?
-¿No te gusta, Bobi?
-Creo que igual me seguirás diciendo así...-pensó en un apodo para él-bobi
-Vamos dime otro apodo, sé más creativa
-Ese se queda y punto-dijo Kathy haciendo pucheros
-¿Desde cuándo somos tan tontos?
-Desde que descubriste que me quieres
-Querrás decir desde que te ví-Kathy se entreneció con lo que dijo Arthur y se acurrucó en su pecho.
-Por fin no adivinaste lo que te escribí en la espalda
-Bien hazlo otra vez-Entonces Arthur volvió a escribir con su dedo lleno de espuma en la espalda de Kathy... Cuando sintió lo que era se Alarmó
-¡¿En serio?!-Arthur asintió. Ella entonces lo besó como nunca. - Yo te amo más.

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