IV

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Kathy llegó al cuartito siguiendo las indicaciones del desconocido con el que se topó en el pasillo. Cambió su uniforme de Hogwarts y su túnica por la ropa de trabajo que le había dado la señora Hobbs. La chica se miró en el espejo y no pudo evitar reírse de su aspecto sacado de uno sus libros de caballería. No era una princesa, ni tan siquiera lo parecía pero al menos vivía en el castillo. Dejó de mirar el espejo, tomó entonces su varita y dejó la polvorienta habitación.
Caminaba de prisa de vuelta a la cocina cuando vio a Merlín nuevamente. Este cuando la vio olvidó detenerse y tropezó con un desnivel del suelo derramando el contenido del cáliz que llevaba en la alfombra. Al parecer el chico también llevaba mucha prisa. Kathy fue a socorrerlo y él solo se limitaba a mirarla extasiado. Ambos se quedaron en silencio hasta que uno de los dos decidió romper el hielo.
-Así que...-divagaba Kathy- también trabajas en el castillo.
-Algo así-respondió el joven mago-por ahora ayudo a Gaius, el médico de la corte. ¿Y tú qué haces por aquí?
-Yo... Trabajo en la cocina.Ha sido un placer verte nuevamente, Merlín - Él sonrió-pero debo irme no puedo demorar.
-¡Espera!-la tomó de la muñeca- Creo que tenemos más cosas en común de lo que piensas.-Ella sonrió, sabía a lo que se refería.
-Sí... Es cierto pero debo irme ya es tarde- Aprovechó la cercanía y le besó la mejilla. Merlín solo se ruborizó y se tocó donde recientemente le habían besado. Kathy no se percató de esto pues se iba alejando de él. Volteó nuevamente y desde el otro extremo del corredor volvió a despedirse de él agitando la mano.
-Adiós...Kathy-dijo Merlín mientras veía cómo la rubia desaparecía entre las columnas de piedra.
Kathy iba mordiéndose el labio mientras recordaba su acercamiento a Merlín fue entonces que cayó en la cuenta que estaba en la edad media y no era muy común que las señoritas fueran dando besos  a completos desconocidos; pero para ella Merlín no era un desconocido. Ese sentimiento iba más de lo que conocía sobre él por las clases de Historia de la magia, era como si hubiesen sido más cercanos en otra... Vida.
El tiempo no le alcanzó para seguir divagando pues ya estaba en la cocina. Respiró hondo y atravesó el umbral, sabía que le esperaba una larga noche.

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