XVII

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Uther insistió en que Arthur fuera con Gaius con el objetivo de que lo examinara para determinar un remedio contra el "hechizo".
El príncipe seguía en Shock, dolido, triste pero sus sentimientos por Kathy seguían inmutables.
Gaius le examinó y le hizo varias preguntas.
-Muy bien ya hemos terminado, Arthur.
- Y bien, qué antídoto hay contra esto
-Arthur siento decirte que no hay ninguno, porque nunca te han hechizado ,estás sano por completo. No hay manera de que te hayan embrujado. No sé si la chica sea una bruja o no pero lo que sientes por ella no es por arte de magia-Arthur explotó de felicidad ante aquella noticia. Tan feliz estaba que besó a Gaius en la frente antes de salir corriendo de allí.
De camino a los calabozos fue hacia su padre para contarle lo ocurrido.
Uther no se negó a liberar a la chica. En cambio propuso un brindis. El sirviente trajo dos cálices con vino. Arthur no sospechó de su padre y bebió en el brindis. Grave error. Uther sería incapaz de envenenar a su hijo pero sí de mandar a colocar un somnífero en su bebida para evitar que interviniera en la ejecución en marcha.
Arthur salió de la sala del trono atontado. Cuando iba a mitad de camino de los calabozos cayó dormido en medio del corredor. Los sirvientes bajo las órdenes de Uther llevaron al príncipe a sus aposentos y lo encerraron con llave.
Mientras tanto Kathy lloraba amargamente en el calabozo. No lo hacía debido a su muerte inminente sino por ver a Arthur, SU Arthur, no hacer nada por impedirlo. Se sentía como una tonta por esperar toda la noche por su caballero de brillante armadura. Lo imaginaba en un corcel blanco gritando su nombre por la ventana. Enfrentaría cada obstáculo que le impida llegar a ella y así huir juntos hacia el amanecer. Se seguía sintiendo como una niña ingenua esperando señales de él.
De repente, unas horas antes del amanecer sintió unos pasos acercarse hacia su celda. ¡Era él!¡Por fin venía a rescatarla! Se decepcionó al ver que solo era Merlín. También le resultó extraño que estando hechizado llegara hasta ella.
-Te traigo tu última comida-dijo Merlín todavía con los ojos vacíos.
-¡Espera!-lo tomó de la mano a través de los barrotes entonces la expresión de Merlín cambió: sus ojos se iluminaron, literalmente, tomando un tono dorado brillante. Estaba en un lucha interna contra el dominio de Nimué. Entonces por un instante volvió a ser él.
-Kathy...eres tú¡Ahora lo recuerdo!-dijo feliz y sus ojos volvieron a ser azules-qué ha pasad...-El hechizo volvió. Entonces parecía como si una sombra se apoderara de él. Sus ojos volvieron a ser violetas desprovistos de todo sentimiento. Las lágrimas empaparon el rostro de Kathy.
-Por un momento...-dijo mientras lloraba- pensé que serías tú otra vez.
El día comenzaba a llegar y la hoguera estaba lista. Los guardias no tardaron en aparecer. Merlín todavía estaba allí junto a la celda. Un grupo de ellos llegó  y esposaron a la chica.
-¿Un último deseo, bruja?-dijo uno de ellos mientras la sacaba de su celda.
-¿Podría, por favor ,despedirme de él?-el guardia sintió compasión de Kathy y les dejó unos minutos para que hablasen.
-Merlin-dijo ella, y otra lágrima se le escapó-de verdad fue un honor conocerte, estar cerca de ti. Siento no haber tenido el valor para quedarme contigo-diciendo esto lo besó todavía entre lágrimas. El guardia apareció para llevársela sin dar tiempo a una palabra más.
-Kathy...-dijo Merlín entre suspiros-¡Kathy!-enseguida recordó todo desde el primer momento en que la vio, el beso en la mejilla, su encuentro bajo el roble...todo enseguida vino a su mente y disolvió el hechizo que Nimué le había lanzado. Entonces cayó en la cuenta de pronto ella sería ejecutada y la persona más indicada para salvarla sería el propio ...¡Arthur!
Enseguida Merlín salió de las mazmorras y fue ver si Arthur estaba entre el gentío de la plaza. No había ninguna cabellera rubia ni parecida a la de su amo así que fue directo a su alcoba a buscarlo. Intentó entrar pero estaba cerrada la puerta con llave. No perdió tiempo y usó su magia para abrirla.
Mientras tanto están atando a Kathy en la hoguera. Le lanzan tomates y dicen atrocidades. Ella ya perdió la esperanza y no lucha por escapar.
Al mismo tiempo Merlín logró entrar en la habitación de Arthur y lo encontró tendido en la cama. Tomó la jarra del lavado y se la tiró encima. Arthur despertó empapado y furioso con su criado.
-Antes de que digas nada no hay tiempo...-Arthur se quedó mirándolo atónito- A ver si me entiendes, Kathy, Uther, hoguera...-dijo Merlín irónico.
Arthur abrió muchísimo sus ojos azules en señal de su sorpresa. Tomó su espada y así mismo empapado corrió hasta la plaza.
Kathy seguía amarrada en la hoguera. El verdugo ya había encendido la antorcha que sellaría su destino para siempre. Justo cuando iban a prenderle fuego se oyó que alguien gritó:
-¡Alto con esa ejecución!-todos, hasta el verdugo se arrodillô al ver que era el príncipe Arthur. Sin vacilar atravesó la muchedumbre hasta su amada para desatarla. Nadie decía ni una palabra ante la intervención del príncipe.
-¿Qué crees que estás haciendo?
-Salvando a una inocente de una muerte horrible.
- Pero cómo te atreves a ...-no pudo terminar la frase al oír una voz conocida
-Uther...Uther...Uther. No veo que aprendas. Siempre tus desgracias fueron por pensar que la magia podría obedecerte-dijo una voz femenina entre los pueblerinos. Subió la figura encapuchada hacia el lado de Arthur, cuando llegó a él reveló su verdadera identidad: Nimué.
Merlín al ver la escena se apresuró a llegar junto a Arthur antes de que fuera demasiado tarde.
Los ojos de Nimué brillaban tomando un tono dorado. Estaba a punto de lanzar un hechizo.

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