XV

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Arthur venía canturreando por los pasillos, se reía para sí hasta que llegó a la sala del trono. Uther lo esperaba. Resultaba inusual que lo llamara en la mañana.
-Arthur!-le dijo rebosante de alegría-te tengo excelentes noticias
- No... puedo esperar para oírlas- dijo el príncipe sospechando por la actitud de su padre.
-Sabes que algún día serás rey-dijo Uther más serio
-Sí...
-Y que ese día no está muy lejano-Arthur se alteró
-¿¡A dónde quieres llegar con esta conversación!?
-Serás rey y como rey debes pensar primero en tu pueblo
-Ya...-todavía no encontraba sentido a lo que su padre decía
-A tus 23 años ya debes considerar una unión seria para tu futuro de gobernante y hemos acordado gustosamente con el reino vecino el compromiso con la princesa Susanne, hija del Rey Ulik.
-Yo no voy a comprometerme con ella-dijo Arthur tajantemente
-Entonces tu...
-Sí padre tengo otro compromiso que me hubiera gustado anunciarlo de otra manera
- Te escucho
-Estoy comprometido con la señorita Katherine Clemens
-No creo lo que me dices entonces es una...
-¿Plebeya?Sí padre. Mejor deberían conocerse-Sin darle tiempo a su padre a responder Arthur salió directo a la cocina a buscar a Kathy. La encontró haciendo sus labores habituales fregando la vajilla. La servidumbre se sorprendió por la visita de su príncipe y se postraron a sus pies pero se sorprendieron aun más al que sin ninguna diplomacia el príncipe agarró la mano de Katherine para sacarla de allí. Ella estaba desconcertada por aquella visita pero no decía nada y solo lo siguió hasta la sala del trono tomados de las manos. Al llegar ante Uther sin saber el motivo, Kathy se arrodilló ante su rey.
-Ella es ,padre-dijo tomándole de la mano
-No- puede- ser -dijo Uther rojo de la ira
-Sí lo es padre-Kathy estaba asustada, no sabía en lo que se estaba metiendo al darle a Arthur una oportunidad
-Necesitas la aprobación del Rey para ese matrimonio
-Como dijiste antes: no siempre serás rey.-diciendo esto los dos rubios abandonaron la sala.
Uther se quedó pensativo. Reflexionaba sobre lo que había acabado de ocurrir y llegó a una conclusión: Arthur  pudo haberse enamorado de esa sirvienta...solo si ella...¡lo hubiera embrujado! Uther saltó de su trono, ya sabía qué hacer ante esta situación.

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