2.- Más o menos así

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2.- Más o menos así



Con un turno de nueve a cinco era bastante difícil no llegar cansado a sus clases por la noche, fingir que prestaba atención a lo que su maestro trataba de enseñarle, llegar a casa antes de medianoche, terminar con sus deberes antes de las tres de la madrugada y levantarse a las ocho con una sonrisa en el rostro.

Para repetir el ciclo.

Solía conseguirlo muy a menudo, pero en contados días su ánimo desaparecía y solo quería dormir hasta recobrarlo.

Así que esa noche cuando su madre lo saludó alegre sentada desde el sillón leyendo un libro, solo pudo torcer una media sonrisa como respuesta.

—Te guardé la cena —su dulce voz no hizo mucho por aminorar su cansancio, apenas asintió pasándola de largo.

—Tengo sueño, comeré mañana —cubrió su bostezo subiendo las escaleras hasta el primer piso recordando que no preguntó si su padre estaba en casa.

Seguramente no, por eso su madre aún se hallaba despierta a pesar de ser casi la una de la madrugada. Antes de llegar a su habitación y caer rendido entre las cobijas decidió pasar a ver su hermano menor. Con cautela se asomó por la puerta viendo la cama deshecha pero sin que nadie estuviese durmiendo en ella.

Y antes de que pudiese elaborar conjeturas el susurro lo sobresaltó.

—¿Día pesado?

—Define pesado —resopló.

—Te dije que tus horarios terminarían matándote, Itachi. La oferta de padre no es tan mala, podrías considerarla.

El nombrado sacudió la cabeza yendo hacia su propio cuarto siendo seguido por su hermano.

—Sasuke, ya te dije que no iba a hablar de eso —entró dejando su chaqueta y mochila sobre la silla de su escritorio. Cubrió un bostezo mientras buscaba su ropa de dormir entre el ligero desorden sobre su cama. Con tan poco tiempo libre le costaba bastante mantener las cosas en su lugar y aunque eso le desagradase su cansancio terminaba ganando.

—Bien, hablemos de otra cosa —se cruzó de brazos en el marco de la puerta.

Itachi suspiró más por sueño que por aburrimiento, quería hablar con su hermanito pero estaba decidiendo si se iba a dormir y despertaba a las 5:00 a.m. para terminar sus deberes o los hacia ahora y dormía tres horas más.

—¿Cómo te fue con tu presentación?

—Hubiésemos reprobado de ser por el idiota de Suigetsu, pero la calificación no fue mala.

—Hmm.

Asintió pestañeando cuando se recostó de lado con su pijama entre sus brazos, oyó que su hermano le decía algo más antes de quedarse dormido.

Fue despertado por su estridente segunda alarma, quedándose dormido en la misma postura con la que se recostó no tuvo tiempo ni de meterse entre las cobijas, solo la manta con la que lo cubrió Sasuke lo mantuvo caliente durante la noche. Ya daban casi las ocho de la mañana y no había tomado ni un cuaderno para terminar sus trabajos, pero tenía el tiempo justo para salir.

Una ducha rápida y un cambio de ropa aún más rápido lo forzaron a bajar corriendo las escaleras, ni siquiera tuvo tiempo de sujetar su cabello mientras tomaba todos sus libros para realizar los deberes en la hora del almuerzo.

Intoxicación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora