17.- No lo intentes

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17.- No lo intentes




Quizá fue simple casualidad, el momento en que Itachi abrió los ojos y antes de que pudiese si quisiera quejarse de los piquetes de dolor en todo su cuerpo, vio a Naruto sentado a unos centímetros de donde se supone ambos debieron estar durmiendo, sumergido en sus pensamientos no pareció darse cuenta de que era observado.

Itachi extendió su mano para rozarlo con suavidad llamando su atención, preguntó si estaba bien.

Naruto se sobresaltó pero se acercó de inmediato para sonreírle para cerciorarse de que todo estaba en orden. Itachi se sintió feliz por lo mimos que recibió, así que se permitió un ligero capricho, de todos modos no quería levantarse aún, ligero entumecimiento en sus piernas le auguraba más de una molestia en cuanto lo intentase.

Cuando Naruto terminó de recoger la ropa tirada salió a traer el desayuno, aunque ya fuese demasiado tarde para esa comida, quejándose de que sus empleados estaban tardando mucho. Un suave beso le regaló en los labios asegurándole que no tardaría y aunque no tuviese el menor ánimo tuvo que levantarse. Siseó agotado cuando el incorporarse sobre la cama requirió demasiado de su esfuerzo.

Quizá se había excedido un poco para su primera vez, resopló sin notar el rubor en sus mejillas, así que inspirando hondo después se puso de pie para ir al cuarto de baño, estornudó sin querer cuando estuvo frente al retrete dejando caer la sábana con la que se cubría y las numerosas marcas de besos y mordidas sobre su cuerpo lo avergonzaron un poco.

Tendría que escoger bien su vestimenta antes de asomarse para hablar con sus padres o hermano.

Contuvo el aliento por un instante.

En verdad esperaba que la noche pasada fuera una buena señal de que aquel matrimonio funcionaría por completo.

Porque nuevamente estaba entregando su corazón en las manos de Naruto sin la menor protección y no quería considerar una nueva magulladura que terminaría por romperlo por completo.

Suspiró desechando pensamientos negativos y se metió bajo el chorro de agua de la ducha, tallando con el jabón cada parte de su cuerpo, limpiándose con cuidado, quitando el vendaje sobre su brazo revisando que la pequeña herida no fuese a presentar ninguna molestia, cuando terminó procedió a vestirse con una camiseta blanca y pantalones de chándal que halló entre los muebles, seguramente eran de Naruto porque le quedaban un poco grandes, debía pasar por su ropa cuanto antes o pedirle a Naruto que la trajese por él.

Suspiró sin cambiar su afable expresión en tanto se peinaba, la agradable sensación de felicidad en su pecho al parecer no tenía intención de menguar en todo el día.

O eso supuso, los golpes en la puerta lo llevaron a abrir de inmediato, creyendo que Naruto había vuelto con algo de comer, su estómago también comenzaba a resentir el estar por completo vacío.

Y sin embargo la sonrisa en sus labios desapareció en el instante que vio a su madre allí.

—Ma... madre —balbuceó sin querer.

Los ojos negros de ella y su expresión cambiaron bastante rápido, quedando casi solo una mueca de horror.

—¡¿Pero qué pasó?! —gritó escandalizada, forzándolo a retroceder cuando entró casi como un huracán, tomándolo de su brazo derecho donde la mordida de Naruto aún se mostraba fresca y llamativa. —¡Dijo que te cuidaría!

—Madre-

—Esto está mal Itachi, no te casaste para que te lastimara así —habló rápido, luciendo triste más que molesta.

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