8.- No hay nadie
Quiso decirlo.
Decirle que si no deseaba continuar el entendería, que tan solo lo ayudase a inyectarse el supresor de emergencia, que después escucharía todas sus inseguridades y que podría esperar sin reclamarle absolutamente nada.
Que no tendría porque hacerlo.
Sin embargo fue rechazado.
Abandonado en su mayor momento de debilidad.
¿Qué estaba mal?
Su cuerpo dolió demasiado, tanto que es probable que lo llamase en una burda y agónica súplica de su lado omega, sus manos y piernas temblaron tanto que tuvo que arrastrarse para llegar a la recámara, el calor lo golpeó de tal manera que comenzaba a sentirse mareado. Se sentía empapado y la urgencia de llorar estaba ganándole la partida.
¿Por qué tenía que abandonarlo?
¿Tanto desprecio había generado con su vulnerable apariencia?
Gimoteó adolorido presionando con ambas manos su vientre bajo cuando al fin pudo sentarse en el piso al pie de la cama, buscando que su respiración agitada no lo llevase a hiperventilar. Estaba sudando y su cabello ya lo tenía pegado al rostro obstaculizando su visión, sin embargo no había nadie a su lado, se hallaba por completo solo y ese hecho solo lo hizo ansiar volver a casa.
Un jadeo afligido volvió a soltar cuando la desastrosa corriente eléctrica en su espalda forzó a sus manos a descender más abajo.
Necesitaba aliviarse.
Sin embargo el catastrófico sentimiento de haber sido rechazado por quien su naturaleza reconoció como su compañero se sobrepuso, fue un omega insuficiente para mantenerlo a su lado, para que lo reconociera como su ideal...
Y la ola de calor se incrementó, Itachi gimoteó llegando al límite de su resistencia, torpes y lentas sus manos rebuscaron sobre la cama y sobre el buró. Su pequeño maletín debía hallarse por algún lugar, el estuche cayó luego de repetitivos manotazos sin coordinar. El golpe logró abrirla dejando ver el par de jeringuillas en su interior. Tomó un par de hondas bocanadas de aire antes de intentar tomar una, sus dedos temblaban tanto que quitarle la tapa a la aguja fue casi imposible, los vértigos se incrementaron a medida que el calor se adueñara progresivamente de cada parte de su cuerpo.
Naruto dijo que no lo quería de esa manera.
¿Cómo debía interpretar sus palabras?
¿Era acaso el único que dio por sentado su platónico romance?
Solía abrazarlo, decirle que lo quería pero al parecer no estaba todo bien.
Todo fue un completo fracaso. Cuando intentó inyectarse la jeringa resbaló de sus manos deslizándose debajo de la cama, un nuevo sollozo ahogó presa del doloroso calor. Su nublada vista se enfocó vanamente en la otra jeringuilla seguro que de intentarlo de nuevo el resultado sería el mismo. Debía bajar su fiebre de alguna otra manera antes de que sus dedos consiguieran la suficiente precisión para que la aguja atravesara su piel en el lugar correcto.
Nuevamente tuvo que arrastrarse, esta vez al cuarto de baño a un lado, ni siquiera el frío de las baldosas consiguió que su febril cuerpo cooperase, casi a tientas logró deslizarle hasta debajo de la ducha.
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Intoxicación
FanfictionA Naruto no le agradaban los omegas. Así que su escala en Japón solo irritaba sus sensibles fosas nasales, sin deseos de regresar a casa decidió tomar un empleo de medio tiempo para mantenerse lo que durase su fuga. Estaba seguro de que no regresar...