Capítulo I

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-Es una pena - escuchó decir a una voz desconocida. 

-Fue un accidente bastante catastrófico - respondió otra voz igual de desconocida. 

Se encontraba acostado en una cama, sentía algunas vendas cubriendo su rostro y otras cuantas en algunas partes de su cuerpo. Sentía su cuello inmóvil por un cuello ortopédico y como todo su cuerpo reclamaba de dolor. El ambiente olía a químicos, sin duda alguna estaba en un hospital. 

Poco a poco recordó lo que había pasado. Las luces, el carro dando vueltas en el el aire, habían tenido un accidente. Agudizó un poco sus oídos para prestar atención a las voces cerca suyo, que sin duda debían ser doctores y enfermeras. 

-... Muy triste. ¿Podrá volver a recobrar la vista? - dijo la voz de una mujer. 

¿Volver a recobrar la vista? ¿De qué hablaban? No lograba procesar la información correctamente. 

-No lo sé - Respondió una voz masculina - Dependerá del paciente. Debemos mantenerlo en control. 

-Pobrecito, ¡tan joven! - exclamó la mujer - Quedar ciego a tan corta edad y sin padres…

¿Sin padres? El chico comprendió que hablaban de él. Se removió en su cama e intentó llamar pero la voz no quería salir de su garganta, sentía que algo oprimía su pecho conforme todo se aclaraba en su mente. 

-¿Ya estás despierto cariño? - dijo dulcemente la voz de la mujer. 

-¿Qué…? - intentaba articular. Su voz sonaba rasposa y quebrada - ¿Dónde? ¿Mamá? ¿Papá? 

Escuchó cómo el doctor se aclaró la garganta y sintió como se acercaba a la cama. 

-Señor Lee, soy el doctor Kim - dijo seriamente - Usted a sufrido un accidente automovilístico, presenta algunas laceraciones en su cuerpo, tiene varias costillas quebradas y una pierna fracturada - hizo una pequeña pausa antes de continuar - Lamento informarle que debido al tipo de accidente y por el trauma sufrido, usted ha perdido parcialmente la vista… 

El chico sintió como si le hubieran echado un balde de agua fría encima. Había perdido la vista, no sabía cómo responder a todo eso. 

-Además, también lamento informarle en su condición, que sus padres han fallecido en el lugar del accidente… 

El doctor continuó hablando pero él ya no prestaba atención a nada más. Más que el dolor físico, sentía que su corazón se oprimía, algo por dentro se quebraba y lo lastimaba. Como un monstruo oculto en su interior devorando su corazón, su vida, todo lo que un día había tenido, desaparecía en ese instante. 

Unas lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas. No sabía qué decir o hacer, todo estaba oscuro, lo sería de ahora en adelante y estaba solo, ahora sí estaba realmente solo. 

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