Always

Capítulo XVI

Los chicos se habían acomodado en las sillas alrededor del gran desayunador que había en medio de la cocina. Todos observaban atentamente a Changbin, Bang Chan no pasó por alto que Felix tenía al pelinegro sujeto de la mano. El australiano se encontraba situado ligeramente detrás de Changbin y  no dejaba de observarlo, por su parte el pelinegro tenía un ligero rubor en sus mejillas y no apartaba su vista del suelo. 

Luego de unos largos minutos en silencio, el pelinegro apretó sus ojos e inspiró profundamente varias veces, podía sentir como Felix apretaba su mano para darle ánimos y él agradeció que el australiano estuviera ahí, y rogaba que después de escuchar su historia no se alejara, necesitaba a alguien que lo pudiera salvar después de lo que estaba por revelar. 

Changbin abrió sus ojos y miró a los chicos, ninguno se había movido dándole tiempo al pelinegro hasta que estuviera listo para hablar. 

-Siento que es muy pronto para hablar de lo que pasó con Minho, apenas nos conocemos hace un par de horas - dijo Changbin, los chicos asintieron - Sin embargo, ustedes han hecho más por Minho que cualquier otra persona, incluida su propia familia, así que... Así que creo que merecen una explicación. 

-Si sientes que aún no puedes hablar, no lo hagas, no queremos presionarte - comentó Yugyeom. Todos volvieron a asentir. 

-Es tiempo de hablar, yo... - susurró -... Yo lo necesito. 

-Entonces te digo que escucharemos y no vamos a interrumpir - dijo Bang Chan dando una mirada de advertencia a sus compañeros, deteniéndose especialmente en Jeongin, el pequeño solo asintió y entrelazó su mano con la de Hyunjin, éste lo volteó a ver pero no quitó su mano.
Changbin volvió a suspirar y comenzó a relatar su historia junto a Minho. 

-Conozco a Minho desde el kinder garden, era un niño muy alegre y sociable, hablaba con todos los niños y siempre sonreía, todo lo contrario a mí, era muy solitario y no me gustaba sonreír así que no sé porqué me habló, solo recuerdo que un día a la hora de la merienda se acercó a mí y me dijo que si podía regalarle una galleta de las que yo había horneado junto a mi madre, eran con forma de gato, con chispas rosadas, yo le regalé una y él quedó encantado. A partir de ese día, se empezó a sentar junto a mi, me esperaba para comer y comenzó a jugar conmigo en los recesos. Mis padres notaron que ahora yo sonreía y quería ir todos los días a clases, así que se interesaron en Minho y me dejaron llevarlo a casa a jugar o a quedarse a dormir. De pronto, no sólo yo y Minho nos llevábamos bien, sino que nuestros padres también se llevaban bien, íbamos a paseos juntos o celebrábamos los cumpleaños como si fuéramos una misma familia. Así pasaron los años, fuimos a la misma primaria y secundaria, Minho se volvió un chico realmente guapo y sociable, yo seguía siendo lo contrario, antisocial y dark; sin embargo, solo junto a Minho me sentía en casa. La familia de Minho tenía muchos problemas, la familia paterna no quería a la madre de Minho, nunca la habían considerado digna de pertenecer a los Lee; por su lado, la familia materna aseguraba que el padre de Minho había engatusado a la señora Lee. Los padres de Minho se habían conocido en la universidad, se habían enamorado y en pocos meses la señora Lee estaba embarazada, lo que causó mucho revuelo en ambas familias, más que no estaban casados, pero ellos de verdad se amaban, así que se casaron en secreto y se alejaron de sus familias, eso llevó a que Minho no tuviera ningún tipo de relación con ningún familiar más allá de sus padres. Cuando estábamos en secundaria, Minho era aún más hermoso, tanto chicas como chicos morían por él, Minho aparte de destacar por su buen físico, era muy bueno bailando, así que era muy conocido y muchas personas se le acercaban en plan de amistad y algo más, muchos hipócritas en mi opinión. Minho no había querido enamorarse ni salir con nadie, estaba enfocado en que quería ser un bailarín reconocido. Todo iba bien hasta que un día... - le tembló la voz.