Capítulo VII

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Habían pasado varias semanas desde que Jisung había comenzado a seguir secretamente a Minho. Salía temprano de casa y esperaba a que el rubio pasara por la misma calle, luego lo seguía, conduciendo lentamente hasta que tomaba el autobús hacia la universidad; después lo esperaba en la entrada recostado a la pared y lo seguía con la mirada, para inmediatamente ponerse en marcha detrás de él. En las clases ya no se sentaba en el fondo del salón sino que se sentaba unos cuantos asientos detrás de él. Durante el almuerzo, había tomado la decisión de comer en la cafetería de la universidad, algo que antes no hacía. Sus amigos empezaban a sospechar que algo pasaba con Jisung y no dejaban de hacer preguntas, las cuales él chico ignoraba olímpicamente. Finalmente, Jisung hacía el mismo recorrido pero esta vez para asegurarse que el rubio llegara a salvo a casa; para desgracia suya, tanto en clases, en los pasillos, en el almuerzo como a la salida, Minho iba escoltado por Changbin, por lo que aún no cruzaba palabras con el rubio. 


Lo peor de su nueva rutina era escuchar a Hyunjin que se quejaba por todo y no desaprovechaba ninguna ocasión para hacer drama. Se quejaba de que su amigo lo ignoraba y ya no tenía tiempo para él, que ya ni lo pasaba a recoger a su casa, mucho menos escribirle un mensaje, se había quejado de que extrañaba los mensajes sobre carreras de autos; no era cierto pero necesitaba algún motivo para poder hablar con Jisung. 


Hyunjin sospechaba que algo había ocurrido el sábado después de que Jisung lo dejara botado en el bar. Desde ese día, el chico era más frío de lo normal, conversaba aún menos, asistía a todas las clases sin falta y hasta llegaba temprano, algo muy inusual recordando las excesivas peleas que Jisung había tenido con sus padres por faltar a clases los años lectivos anteriores; además, eso de comer todos los días en la cafetería era lo más extraño de todo, Jisung siempre se había quejado de que no podía comer lo que preparaban en el lugar ni estar rodeado de tanta gente; sin mencionar, que él había notado que Jisung había dejado de comer o comía muy poco a pesar de insistir en ir a la cafetería a la hora del almuerzo, y esto le preocupaba de sobremanera.


Era la hora de cambio de clase, aquella tarde tenían clase de arquería. Jisung ya se había cambiado de ropa por su uniforme para deporte y esperaba disimuladamente fuera de los vestidores a que el rubio saliera. 


Justo en ese momento, Minho salió del lugar acompañado de Changbin que acomodaba el abrigo del rubio, detrás de ellos salió Hyunjin. El castaño no reparó en la pareja que iba delante suyo, sólo podía observar a su amigo que fruncía el ceño haciendo cara de pocos amigos. 


-¿Qué te pasa? Tienes una cara - comentó. 


Jisung desvió la mirada, un monstruo rugía en su interior.


-No me pasa nada, puede que me esté enfermando - mintió. 


-Si no te sientes bien deberías ir a la enfermería, te puedo acompañar - ofreció amablemente. 


-No Jinnie - dijo suavizando su voz, una de sus técnicas para calmar al castaño - No quiero que pierdas clases por mi. Vayamos o llegaremos tarde. 


No se había equivocado, aquella voz siempre lograba que el estómago de Hyunjin se retorciera, como si mil mariposas revolotearan en su interior; pero algo era de seguro, Jisung no era el mismo, en otro momento no le hubiera importado perder clases por cualquier razón y mucho menos algo tan tedioso como la arquería donde él no era bueno, era muy sospechoso el comportamiento de su amigo. 


La clase transcurría con normalidad, estaban practicando con el arco y Jisung seguía teniendo pésima puntería.


El chico observó como el rubio conversaba con el profesor antes de salir de la clase completamente solo. Esa era su oportunidad.

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