Capítulo 8

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~H~

Había sido un pequeño éxito mi escapada al bosque para conseguir alimento. Mi padre no preguntó de dónde lo había sacado lo cual me pareció excelente  pues no tenía ánimos para contarle y él no tenía tiempo para escuchar.

Los días siguientes fueron un poco más pesados debido a la falta de empleo de mi padre tuve que volver a viejas rutinas: platiqué con Bocón de solo trabajar medio tiempo ya que nuevamente había conseguido trabajo como leñador. A Bocón no le entusiasmó mi noticia ya que eso significaría que tendría a mi padre más tiempo en su negocio; a demás que eso reduciría mi paga.

En mis pocos tiempos de descanso buscaba algún trabajo apto para mí padre donde yo no me viera involucrado. Si. Otra vez estaba buscando trabajo para él, otra vez estaba tomando el mando de nuestra situación. Tal vez debería dejar de hacerlo pero, realmente no me gustaría vivir nuevamente aquel pasado frío y hostil, tengo que hacer un esfuerzo extra por los dos. Y eso comenzaba a sacarme un poco de quicio.

Hoy le había comentado a mi padre que requerían personal de limpieza en algunas casas de clase media-alta, o que a personas que supieran pescar, o un trabajo como minero. Le
había echo una lista  de diversos trabajos donde necesitaban de mucho personal. Era un alivio para mí que hace más de media hora haya salido a aquellos trabajos que le recomendé pues podía darme un pequeño lujo de descansar unas horas más antes de comenzar a trabajar.

"-¡Es tú responsabilidad traer comida a esta casa! ¡¿Qué acaso eres estúpido?! ¡Está manta no nos alimentará Hiccup!

Un señor alto y corpulento gritaba  y jaloneaba a su hijo sin cuidado alguno, estos eran algunos de los efectos de aquel líquido amargo y apestoso que salía de sus amadas botellas, algo que  el pequeño niño comenzaba a acostumbrarse.

-L-lo siento, c-creí que sería bueno p-protegernos del frío.

Aquel pequeño niño de cabellos castaños e intrigantes obres esmeraldas  temblaba por el trato brusco de su progenitor, sabía que tenía que traer alimento a su hogar pero confió en que su padre no se comería las sobras del día anterior y decidió gastar su sueldo en una larga y caliente manta. Ahora mismo se arrepentía de comprarla.

-¡Tus disculpas no arreglaran la situación!

Y dicho esto soltó el primer golpe..."

Desperté con la respiración agitada y el corazón latiéndome desenfrenadamente, había tenido una pesadilla, un terrible recuerdo de hace algunos años atrás. Me levanté inmediatamente del sillón y me obligué a mantener la calma más no funcionó así que opté por salir de mi casa y buscar algo que comer. Mis manos temblaban y mis pies se negaban a avanzar.

Inhala, Exhala.
Inhala, Exhala.
Inhala, Exhala.

Siento a Chimuelo, quien se a decidido aparecer y darme un poco de estabilidad corporal.

-Vamos a dar un paseo, amigo.

Ya más tranquilo salgo de mi casa con Chimuelo pisándome los talones, no sabía a dónde iba, solo deambulaba por todo Dumbroch, guiado por el viento hasta que noté que las casas y negocios habían desaparecido y sido reemplazados por enormes árboles que perdían lentamente sus hojas. Me encontraba en el bosque nuevamente y sentía un ambiente de tanta tranquilidad y belleza. Había olvidado por completo como se sentía observar los árboles en otoño, los diferentes colores que poseen, la suave brisa que choca contra mi cuerpo y el espléndido sol dando luz y vida a todo este nuevo paisaje.

Mericcup:¿Me amas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora