Capítulo 12

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~M~
El príncipe Weselton y yo nos encontrábamos cabalgando por el bosque, escuchando las historias de cómo había protegido a su reino de una invasión enemiga. Soltaba pequeñas risitas falsas y de vez en cuando rodaba los ojos, pues sabía perfectamente que el príncipe estaba tratando de lucirse.

-¿Tú tienes alguna historia que contar?- pregunta una vez que terminó de contar la suya.

-Ninguna tan increíble como la tuya- hablé con burla y el rió levemente, dejando ver un poco su perfecta dentadura.

-¿Piensas que inventé toda la historia?- preguntó manteniendo su sonrisa. Me encogí de hombros y miré hacia el frente.

-No lo sé, tal vez para impresionarme. Quedaste como el príncipe encantador que salva a doncellas en peligro- hablé con voz aguda y dramatizando un poco.

-Bien, me atrapaste- volvió a reír. Detuve a Angus para poder mirar al príncipe de frente.

-Escucha, intentemos dejar las formalidades y las apariencias, ¿te parece? Aquí nadie nos ve, puedes intentar ser tú mismo, así como yo dejaré de fingir que me agradan tus historias. Conozcamos como si fuéramos dos personas "normales".

El príncipe se quedó callado con los ojos abiertos de la impresión de mis palabras. Había tratado de soñar lo menos dura posible, no quería que este día se fuera tornando tedioso para ambos.

-Está bien- inclinó su cabeza y se acercó más a mi, tendiéndome la mano- Me llamo Josh Weselton.

Sonreí y le tendí mi mano.

-Mérida Dumbroch.

-¿Así que, conoceremos la grandeza y belleza de los bosques de Dumbroch? ¿O conoceremos el pueblo?

-El bosque es mi lugar favorito- sonreí levemente y comenzamos a cabalgar lentamente- es donde me gusta pasar más tiempo. Creo que sería mejor si primero conoces el bosque y luego el pueblo, pero tú decide.

-Auch- la cabeza del príncipe había chocado con una de mis dianas de entrenamiento. No pude evitar reírme, se me había olvidado por completo avisarle sobre esto.

-Lo lamento- cubrí mi boca con mis manos para que las risas fueran menos estruendosas.

-¿Te parece gracioso, eh? Yo me reiré de ti cuando te estrelles en algún lado- se sobó la parte lateral de su cabeza y luego miró la cosa con la que distraídamente se había golpeado- ¿Qué es esto?- murmuró entrecerrando los ojos.

-En esta parte del bosque es donde entreno mi tiro con arco- me adelanté a explicar- es esta zona la más "complicada" ya que al estar colgada es más difícil tener buena puntería, y más cabalgando con Angus.

-Pero ya pudiste hacerlo, ¿cierto? Puedo notar las marcas de tus flechas, justo en el centro- Josh estaba dando su total atención a la diana, me acercó un poco más para ver las marcas.

-Después de años y años de práctica, si. Ahora le doy siempre al centro.

-Es impresionante, Mérida- volvió a murmurar, ahora con asombro- ¿desde hace cuanto que entrenas?- está vez se giró a verme justo a los ojos.

-Desde que cumplí ocho años. Mi padre me regaló mi primer arco fabricado con sus propias manos y desde entonces me dedico a practicar para ser la mejor.

-De haber sabido que vendríamos a tu lugar de entrenamiento, hubiera traído conmigo mi arco y mis flechas, para ver quién era el mejor arquero- me miró retadora mente.

-En otra ocasión lo haremos. Aunque sabemos que de los dos, yo soy la mejor- le sonreí triunfante y el chico a mi lado comenzó a reírse estruendosamente viéndose relajado y tranquilo, como un chico cualquiera.

-Por favor, princesa, no me haga reír. Admiro mucho como salió aquel día a retar a todos, pero creo que estipular que usted es la mejor no me parece justo. Le ganaré, porque soy el mejor arquero en mi reino y demostré que también lo soy en Dumbroch...

-No lo hiciste-  lo corté abruptamente- solo le demostraste a mi madre y a todos que eres "digno" de tomar mi mano. Pero a mí no me demostraste nada. Espero pronto su invitación para que vea usted con sus propios ojos quién es mejor, príncipe Weselton.

Seguimos recorriendo el bosque entre risas y comentarios sin sentido hasta que comencé a recordar a cierto chico de ojos esmeralda.

-Tú color favorito, ¿cuál es?- su pregunta me sacó de mis pensamientos. Estaba segura que algo había olvidado, algo relacionado con el chico de increíbles ojos esmeraldas.

-¿Disculpa?- no esperaba una pregunta de ese tipo, aunque todo el camino recorriendo el bosque estaba basado en preguntas y respuestas.

-Así es, ¿cuál es tu color favorito? Debe haber uno que te guste más que los demás.

-¿Cuál es el tuyo?- le devolví la pregunta, sonriendo.

-Yo pregunté primero- levantó sus cejas y luego comenzamos a reírnos.

-Amm, verde. Es mi favorito.

-Buena elección, el verde también me gusta. Pero yo prefiero el azul.

-¿Porqué es tu color favorito?- le pregunto más intrigada por conocer su respuesta.

-Pues, no lo sé- se encoge de hombros- supongo que es el color que más llama mi atención, el que resalta más que los otros. Es una pregunta extraña, ¿sabes?

Mericcup:¿Me amas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora