Inspector Hood. (Calum Hood)

28.

-Que hora es? - escuche a Calum.
-Las tres y cuarto.
No había nadie por la calle.
Las guardias de madrugada eran las peores. El cansancio nos podía y era difícil mantenerse despierta.
-Que tal esta Michael?
-Bien. Ha empezado hoy la rehabilitación.
Calum asintió.
Ambos estábamos incómodos. La tensión podía cortarse con un cuchillo.
-Puedo preguntar algo?
-Claro.
-Lo que pasó, que significó para ti?
Calum parecía fuera de lugar.
-Yo... Si, claro que si.
Cerré los ojos y tome aire.
-Por qué preguntas?
-Estoy confusa.
-En qué sentido?
-También significó algo para mi, pero no soy buena con estas cosas. No sé cómo gestionar mis sentimientos.
-Sentimientos?
-Si, joder. No sé.
-No pasa nada, tranquila.
Respire hondo un par de veces.
-Se que seguramente Ashton te lo ha dicho. Me gustas.
-Lo sé. Si.
-Y que te parece.
Me encogí de hombros.
-Mírame. No piensas nada al respecto?
Calum estaba muy serio.
-No se que pensar, estoy hecha un lío Calum.
-No hay mucho que pensar, Darri. Te gusto o no?
-Si! No! No lo sé, Calum! Te he dicho que no se me dan bien estas cosas!
-Aclararte, joder!
Me gire sorprendida.
Calum golpeó el volante.
-Voy a por un café.
Y salió del coche, cerrando de un portazo.
-JODER! - grite y golpee lo primero que vi.
Llevé las manos a mi pelo y tiré de él.
Levante la vista hacia el exterior.
Vi dos sombras moverse en la oscuridad.
-Que demonios?!
Me baje del coche lo más sigilosa que pude, dando la voz de alarma en el walkie.
Acomode el chaleco antibalas y desbloquee mi pistola.
Eran ellos. Eran ellos y estaba sola.
Cuando estuve lo suficiente cerca, alce la pistola.
-Policía de Sydney! Detenganse!
Antes incluso de escuchar el sonido, sentía un dolor agudo en el hombro, y segundos después, presión en el abdomen bajo.
Cai al suelo de espaldas.
-Darri!
Era Calum. Los oídos me pintaban y me dolía todo de cintura para arriba.
-Necesito refuerzos. Y una ambulancia. Rápido!
Me apoyo sobre sus rodillas, con mi cabeza apoyada en su pecho.
-Abre los ojos. Darri. Mírame. Voy a presionar la herida. No pasa nada, vale? Hay orificio de salida. Vas a estar bien.
Lo mire.
-Calum. Se escapan.
-No importa. Están rodeados, no pueden ir a ningún lado.
-Me duele.
-Lo sé. Enseguida van a venir y te vas a poner bien.
Cerré los ojos.
-No... Darri...