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27 de abril.

-Darri. Queda alguna caja?
-Nop. Esta es la última.
-Genial.
-Ya he cerrado el coche.
-Dame eso.
-Calum, puedo llevar una caja.
-Lo sé. Pero tienes que estar completamente recuperada lo antes posible.
-De acuerdo.
Calum desapareció por las escaleras.
Me quite las zapatillas y fui a la cocina a por un vaso de agua.
Al girarme, vi unos sobres sobre la mesa. Seguramente fueran facturas.
Aún que hubo uno que me llamó la atención. Tenía un sello de la policía.
Me acerque con cautela. No me quería entrometer en los asuntos de Calum.
-Llegó ayer. - dijo apareciendo por la puerta. - Me da miedo abrirla.
-Por qué?
-Por lo que pueda haber escrito.
-El capitán dijo que mantendría el puesto.
-Mantengo mi puesto dentro de la policía, es decir, no me despiden. Pero pueden llevarme a cualquier otro lugar.
-Oh.
-No quiero separarme de ti. No ahora.
-Eso no va a pasar. No tienen motivos para hacerlo.
-Yo creo que si los tienen.
Suspiré.
-Calum. Tienes que abrirla. Si te mandan a Melbourne y no lo sabes acabarán despidiendote por no ir al trabajo. - Bromeé.
-Tienes razón-dijo riendo un poco.
Calum cogió el sobre y con cuidado lo abrió.
Se sento en un silla.
Tardo un par de minutos en leerla entera.
-Que dice? - alargue mi mano sobre la mesa y entrelace nuestros dedos.
-Me degradan de mi puesto de inspector.
Cerré los ojos.
-Pero me quedo en Sidney. En la comisaría.
Lo volví a mirar. Tenía la mirada algo triste.
-Cal...
-Esta bien. Me gusta el puesto, ya he estado ahí antes.
Me acerque a él y acaricié su cara.
-Tienes todo el derecho a estar mal.
-Lo sé. Enserio, estoy bien.
Acaricié su nuca.
Él me acerco a su cuerpo.
Se abrazo a mí y apoyo la frente en mi abdomen.
-No está tan mal. Enserio. El agente Hood. Ahora podré poner multas de tráfico. Podré llamarte jefa.
Reí.
-Eres idiota.
Lo sujete por las mejillas y lo hice mirarme.
-Te quiero.
Lo bese.
Me sentía realizada. Bien conmigo misma.
-Yo también te quiero, Darri.
Sonreí y volví a besarlo, una y otra vez.
Era bueno tener a alguien. No quería ser la Darri de antes.
Ashton tenía razón.
-En qué piensas?
-En Ashton. Me dijo que tu conseguirías que fuera adorable, o algo así.
-Lo eres. Siempre me lo has parecido.
Me senté en su regazo.
-Te trataba como a una mierda.
-Si. Y?
-No puedes decir que soy adorable, era una borde.
-Ya, pues por lo visto he podido ablandar este corazoncito tuyo, Clifford.
Sus manos bajaron de mi espalda a mi trasero.
No sabía muy bien que decir, porque tenía razón.
-No digas nada. No hace falta.
-Agh. Ahora también lees las mentes, Hood?
Beso mi mejilla.
-Solo la tuya.
Sonreí.
-Vamos a terminar de deshacer las cajas.
-Sabes que? - dije saliendo de la cocina.
-Que? - Calum ya rebuscaba por dentro de la caja de Libros.
-El doctor dijo que tengo ya el útero recuperado. Y eso significa que ya puedo tener relaciones.
Me miro bobado.
-Dejemos las cajas para luego.
Y vino hacia mi y me levanto sobr esu hombro.
-Calum!
-Shh.

Inspector Hood. (Calum Hood) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora