Santos Domingos

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Domingos.... Santos Domingos.

A Elliot y a Mario les parecía un día comun de descanso pero Livier los adoraba.

Era cuando Livier por fin ponía en un mejor orden la casa de como lo hacía en el transcurso de la semana. Limpiaba a profundidad su habitación, lavaban ropa y el jardín lo dejaban impecable. Cosas que requerían un poco más de tiempo.


A los niños les podía parecer un poco irritable Livier cuando era el domingo de limpieza, pero como al final del día les preparaba espagueti y pizza, y eso lo compensaba.

Livier les asignaba diferentes tareas y ella misma supervisaba cada una de ellas.


Yacían los hermanos en la sala disfrutando de bob esponja, ambos  con un atuendo bastante ligero y listos para trabajar. Solo esperaban a las órdenes de Livier para dar inicio a la limpieza.

Livier estaba ordenando su cama y el tocador de su habitación. Cosas de rutina.

No se había sentido muy bien toda la semana y esperaba terminar rápido con la limpieza para tener la tarde libre.

Después salió de su habitación para encontrarse con los muchachos....

Livier: Ok señores les daré sus asignaciones, Tu Mario te encargas del patio y tú Elliot de la cocina y la sala. Yo limpiare el baño y lavare ropa. Alguna duda?

Mario: Yo.

Livier: Si mi vida que quieres?

Mario: Cuando te refieres al patio es el de enfrente o el de atrás?

Livier: Ambos.

Mario: Tardaré horas.

Livier: No exageres es fácil!  listo no hay otra pregunta?

Elliot levantó la mano...

Livier: Si mi vida.

Elliot: Y si tengo que hacer popo y estás ocupada para ayudarme?

Livier: Usa el pañal, y yo te cambio después.

Elliot: Oki Doki.

Livier: Bien como ya no hay preguntas, a trabajar. Vamos vamos vamos!

Mario empezó con el patio frontal el cual no era muy grande, solo tenía un enorme árbol rodeado de zacate y un caminito de loza fina que te guiaba hasta la entrada principal.

El problema ahí eran las hojas que desprendía el árbol frondoso. Y como era otoño, ya se imaginan el desastre.

La verdad es que Mario solo esperaba terminar lo más pronto posible para irse a disfrutar de un biberón con jugo de uva.

Elliot la tenía muy "fácil". Solo tenía que barrer la cocina, ordenar el comedor y limpiar los trastes. Y por supuesto dejar impecable la sala.

Livier siempre le daba la tarea más fácil porque era el mas pequeño.

Típica excusa pensaba Mario.



Para el medio dia ya habían finalizado sus tareas y todos se reunieron en la sala...

Livier: Bien chicos todo bien?

Mario: Sip.

Elliot: Si.

Livier: Que tal si vamos a cambiarnos para ir a comer.

Mario: Que comeremos?

Livier: Iremos por tacos.

Mario Y Su Increible Y Soñada VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora