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Jamás olvidaría la primera vez que lo vió, la nieve cubría las calles de la ciudad, el frío calaba hasta los huesos haciéndole creer que se podría congelar.

Seis años atrás

Era tarde, había despertado entre escombros y cuerpos de cadáveres, en medio de una destrucción que él mismo provocó minutos atrás con su poder, su cabeza dolía como el resto de su cuerpo ademas de las múltiples heridas que tenía por el sobreesfuerzo.

A un lado suyo se encontraba su celular y un par de monedas, su gabardina estaba cubierta de sangre y lodo, su compañero era el único capaz de hacerle algo así, de abandonarlo a su suerte con ese clima.

Camino por una hora antes de llegar a una parada de autobús, su celular de apagó poco después de enviar un mensaje con su ubicación esperanzado de que le hubiere llegado a su mentora.

Se abrazaba con fuerza mientras su cuerpo temblaba, no había cerca ni una sola persona, ningún negocio abierto, solo un demente sería capaz de salir con ese clima

- ¿te encuentras bien? - se escucho una voz suave a pocos metros de distancia, no se había percatado de la presencia del aquel individuo al parecer extranjero.

 - si, estoy bien - respondió intentando controlar los escalofríos que recorrían toda su columna

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- si, estoy bien - respondió intentando controlar los escalofríos que recorrían toda su columna

- no es bueno salir con este clima, menos sin un abrigo pero... tus heridas ¿que te ha pasado? - su voz sonaba preocupada algo extraño por alguien que nunca había visto - ¿como pudieron lastimar a alguien tan bello como tu petirrojo?

El joven mafioso solo atinó a alzar la mirada más no tenía la fuerza suficiente para discutir con nadie nisiquiera para reclamar aquel ridículo sobrenombre

-estoy bien... solo mi estúpido compañero tiro mi gabardina al lodo- sonrió ligeramente volviendo a bajar la mirada a la nieve acumulada debajo de sus pies - es patético verdad... que alguien que crees que le importas se dedique a hacer tu vida miserable

- lo es- fue lo único que respondió, cuando ya se había acercado y roto toda distancia que había entre ambos colocando su capa cálida sobre sus hombros

- lo es- fue lo único que respondió, cuando ya se había acercado y roto toda distancia que había entre ambos colocando su capa cálida sobre sus hombros

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- ¿que estas...? no tienes que hacerlo- iba a levantarse para entregársela cuando un camión se acercó y detuvo delante suyo pero más allá un auto negro que reconoció de inmediato se abría paso a toda velocidad

- conservala, quizás nos volvamos a ver petirrojo- el azabache subió al camión dejando atrás a Nakahara totalmente confundido, ¿como una persona que tenía nada que ver con el se preocupaba más que su propio novio?

Un hombre de la mafia se acercó a toda prisa a su superior para colocar otro suéter y cubrirlo pues su rostro estaba pálido y su nariz rojiza, evidentemente encontrarlo de esa forma le preocupo

-vamos Nakahara san, Kouyou san lo espera-

Subió al auto en la parte de atrás, no le tomó mucho tiempo llegar a las instalaciones de la Port Mafia donde sanaron sus heridas y lo dejaron descansar.

A nadie le menciono ese encuentro con aquel sujeto de cabellos del mismo color al ébano y ojos violetas que brillaban de forma tan hermosa y que jamás pudo olvidar.

Fictober 2019 ~Bungou Stray Dogs~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora