Se que se acerca octubre pues la luna crece.
Hace frío y el verde de mis plantas se vuelve amarillo.
Se que es octubre pues un vaso de cera yace encendido frente la imagen de una virgen.
La ropa al pasar de los días se acumula en la silla de madera y crece, crece, crece y crece más y más.
se que es octubre pues mi corazón duele más que otros días y al igual que la ropa, se acumula un poco más.
La cama individual en la que mi cuerpo descansa yace siempre un desastre, las almohadas tienen sangre con un olor a dolor.
Mis sábanas se pierden en el suelo.
Se que se acerca octubre pues mi pelo cae por el aire a mechones descontrolados.
Caen como lágrimas y mi cuerpo grita un poco más.
Se que es octubre pues la luna crece más y mis plantas se pintan de amarillo y el olor a cera quemada inunda mis pulmones hasta mi vida ahogar en llanto descontrolado.
En octubre el pelo de mis pinceles yacen siempre mojados mientras permanecen en agua de colores que después beberé en un intento de darle color a mi alma.
Las acuarelas se manchan de colores hasta volverse de un verde asqueroso.
En octubre el gato perezoso duerme sobre mi brazo.
Y mi alma grita por querer un suave abrazo.
Me doy cuenta de que nada mejoro.
La ropa de la silla empieza a caer cuando pierde la fuerza para sostenerse de otras prendas y empieza a cubrir la loza del suelo de mi habitación.
Mi habitación se vuelve gris y los atardeceres son fríos.
Me desmoronó en llanto.
Mi habitación huele a dolor.
La silla pierde el control y cae al suelo colapsada.
La ropa está manchada de sangre al igual que las almohadas.
La habitación está en llamas.
Y mi cuerpo yace en descomposición en una de sus esquinas mientras de la esperanza sostiene mi cuello.
Se que es octubre pues mi cuerpo muere un poco más.
Se que es octubre y la luna crece al tragar un poco más la vida que me da.