Ví los fuego artificiales, los ví mientras mi cuerpo desvanecía por la tierra, llenándose de pequeñas hormigas y en mi pelo yacían algunas hojas secas de los árboles.
Mis ojos observaban las luces y en mis lágrimas se reflejaban los brillos intensos de estas.
Escuchaba el intenso ruido que hacian al explotar y saltar sus colores.
El frio hacia temblar mi cuerpo, escuchaba risas, voces.
Mi rostro estaba lleno de tierra y decorado con pequeños golpes, había sangre en mis labios.
Sentía las hormigas clavarse en mi piel pero aún así les dejé continuar.
Mis lágrimas seguían cayendo continuamente y mi voz era apagada con aquellos fuegos artificiales.
Aún puedo sentir el dolor de mi estómago al sentir las puntas de sus zapatos golpear mi cuerpo.
No importa cuánto gritara...
Los fuegos artificiales explotaban y mis gritos eran apagados.
Los fuegos artificiales explotaban y sus colores llamaban la atención de todos.
Los fuegos artificiales explotaban y algo dentro de mi moría lentamente.
Y se desvanecía como humo de un fuego artificial al explotar.
