• d i a m a n t e s •

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Colocaron sus máscaras y abrieron sus pequeños ojos.

Mezclaron sus pieles y formaron una morena.

Decoraron su cuerpo con lunares formando constelaciones.

Con tan solo ver sus ojos puedes ver todo lo demás.

Abrieron sus alas y crearon una nueva forma.

Vistieron sus cuerpos con encaje y expusieron sus marcas.

Llamando al enemigo como si de dos carnadas se tratarán.

Colocaron sus coronas de flores y pintaron los lienzos que frente a ellas estaban colocados.

Pusieron todos los colores existentes en el mundo.

Pintaron los rostros gloriosos de sus hermanos y pusieron flores en su honor.

Perdedor no es aquel que muere en el intento.

Perdedor es el que no lucha.

Y ellos... Lucharon hasta el final.

Ninguna persona es un color, la persona es aquella que descubre todo un arcoiris en su sangre y descubre sus alas ocultas.

Ambas chicas ya habían encontrado su arcoiris.

Estaba mal visto para el enemigo brillar más que el mismo.

Ellas no eran un naranja.

Ellas eran un arcoiris de más de 10 colores.

Nadie es un rosa, ni un morado, ni mucho menos un negro, un naranja, un amarillo, un azúl, un verde.

Debían abrir sus corazones, extender sus cuerpos al sol y dejar que este desprendiera sus colores.

Solo así podían descubrir la magia de sus interiores.

Debemos picar y abrir nuestros cuerpos para descubrir el verdadero diamante que hay en nuestro interior.

Somos diamantes defectuosos llenos de impurezas, pero nuestro tipo tiene todos los colores en uno solo.

Eso es mucho más lindo a que solo tener un solo color.

Mostrar de que están hechos.

Y brotar sus alas al amor.



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