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-Dime.-Insistió apuntándola con la cuchara.

-No se de que estas hablando.-Habló con calma, tomando una cucharada de vainilla.-¿Qué te tengo que decir?.-Se llevó el gusto a la boca.

-No te hagas la idiota, lo que me ibas a decir adentro.-Llenó su pecho de aire, intentando adquirir algo mas de paciencia.-¿Qué era?.

-¿Adentro?.-Se hacia la desentendida con la cuchara dentro de la boca.

-Si, adentro.

Su paciencia estaba al borde de ser colmada, había estado alrededor de unos veinte minutos intentando hacer que la chica soltase algo, pero era imposible, ella era muy buena haciéndose la tonta y el era muy temperamental como para no desesperarse cuando ella no le hacia caso.

-¿Dónde?.-Busco alguna fresa dentro de su tazón de helado, ya se las había comido todas, echó un vistazo al tazón de su amigo.

-¡En la sala!.-Habló ya exasperado, elevando la voz.-¿Dónde más, idiota?

-Yo no recuerdo ninguna sala.-Con su cuchara, robó una fresa del helado del chico.

-¡Oh vamos!.-Gritó.-¡Deja de hacerte la tonta!, ¡dime que mierda me ibas a decir o...!

-¿O que?.-Desafío mirándole a los ojos. Con la cuchara sobre los labios.-¿Me arrojarás a la piscina de nuevo?.

Abrió la boca para responder pero no supo exactamente qué decir, arrojarla a la piscina era lo único que podía hacer ya que golpearla no era una opción pero, igualmente, no la arrojaría al agua nuevamente, ya había visto como reaccionó esa tarde y no estaba dispuesto a que le haga la ley del hielo nuevamente.

-Ya te pedí perdón por eso.-Murmuró.

-Con lo de hoy te atribuiste la victoria numero doscientos sesenta y tres de kid sobre (Tn).-Respondió mirando al fondo del agua con cierta tristeza filtrándose en su tono de voz , volteó ligeramente el rostro hacía él y le dio un leve puñetazo en el hombro.-Creí que esos tiempos de hacerme la vida un poco mas difícil ya habían quedado atrás.-Se arrimó un poco más a él, recostó su cabeza sobre su hombro.-Pero acepto sus disculpas, no puedo enojarme con usted, capitán.

Una leve sonrisa se dibujo en sus labios, miró su tazón, era algo así como su vida.

Un poco de fresas con crema, un gusto que le gustaba pero no comía con regularidad, claro, dulce, azucarado y con destellos rosados. Por otro lado, una montaña de oscuro, amargo y un poco derretido chocolate, con ese sabor tan cotidiano, tan común, al cual ya estaba muy acostumbrado.

Y en el centro, un hueco donde solía estar la fresa que (Tn) le había robado.

¿Qué era eso que le faltaba?, ¿Qué era eso que necesitaba para que se equilibrara ese tazón?.

¿Debía primero comer todo el chocolate y luego contrarrestar la amargura con las fresas con crema?, O, ¿Debía comer el de fresas antes de que se derritiera al igual que el de chocolate?.

Uno ya estaba arruinado, ¿Arruinaría al otro también?.

Tal vez debía mezclar ambos gustos y comerlo así, como estaba, sin distinguir uno del otro.

Podía decirle a (Tn) que le gustaba, podía confesarle sus sentimientos, después de todo, ¿Qué mas podía perder? A esa corta edad, ya habia perdido casalas personas mas importantes de su vida, ¿Qué mas daba si se iba una más?.

Podía hacer eso o podía seguir revolcándose en su amargura y verla así de dulce y radiante durante el resto de su vida sin poder hacer nada el respecto hasta que ella encontrase a alguien que valiera mas la pena que él.

Co-workers (Kid y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora