"No busco redención, o perdón, mi oportunidad ya pasó. Quiero saber que no existen más esos demonios que me perturban, quiero ser la que acabe con cada uno de ellos, solo así podré comenzar de nuevo."
[...]
La...
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Fueron contados los minutos que Natasha miró al Capitán.
Su rostro comenzaba a ponerse pálido por la pérdida de sangre, ella había recordado todo.
La habían torturado cruelmente de nuevo, solo con el afán de hacerle entender que nunca sería feliz.
Le habían arrebatado cada pensamiento y sentimiento hacia sus compañeros a la fuerza, le habían puesto aquel dispositivo conectado a su cerebelo, aquel que una vez el doctor que la atendió en S.H.I.E.L.D le había quitado.
Y aquí estaba nuevamente a merced de aquella triste palabra.
Lo poco que recordaba, se remontaba al tiempo que inició con el espionaje, lo poco que había avanzado en recordar su pasado, todo se había esfumado nuevamente.
Sintió su cuerpo temblar, y pensó que el llanto vendría a ella. Pensó que se ahogaría en sus lágrimas. Pero su cuerpo temblaba de la ira que sentía.
Y era lo justo.
Era justo sentir ira hacia aquellas personas que le habían arrebatado su vida. Era justo sentir ira hacia aquellas personas que le habían quitado lo único que la hacía querer ser mejor persona. Era justo sentir ira hacia aquellos que le habían arrebatado la oportunidad de ser feliz.
¿Era lo justo?
No, la ira no era justicia, la muerte sí.
Tras pasar esos minutos, que fueron contados con una mano pero eternos para ella; Natasha besó la frente de Steve y levantó su cabeza hacia Yelena que corría al final del pasillo.
Ni siquiera Wanda había visto ese sentimiento en los ojos de la espía alguna vez.
Su mirada ardía en llamas verdes, llamas furiosas que solo reclamaban una cosa: venganza.
Oh, y claro que la iba a obtener.
(...)
Inmediatamente Yelena intercedió en el camino del Soldado del Invierno, se dio cuenta por qué estaba ahí.
El soldado había recordado todo, que él también había sido manipulado.
Era una mierda.
Cuando Barnes logró zafarse de ella, aprovechó la distracción para irse lentamente. Madame B le había dicho que poseía un auto para que escaparan ellas y Alexei. Quizás si se iba ahora lograría vivir.
Después de que escuchó aquella palabra en ruso, comenzó a correr con más rapidez. Se detuvo un segundo, ya más lejos, para ver a Natasha arrodillada al lado del cuerpo inerte del Capitán.
Se sorprendió al darse cuenta que no sintió alivio, o enojo, o felicidad por la desgracia de la ex pelirroja. Incluso llegó a sentirse identificada, ella también lo había perdido todo.
