"No busco redención, o perdón, mi oportunidad ya pasó. Quiero saber que no existen más esos demonios que me perturban, quiero ser la que acabe con cada uno de ellos, solo así podré comenzar de nuevo."
[...]
La...
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Eran tiempos oscuros para el mundo.
No se trataba de guerras directas, no, se hablaban de conflictos entre países, conflictos ideológicos, pero por sobre todo; infinitos secretos.
Un mundo dominado por espías, regía el poder de cada potencia, el poder de los gobiernos, el poder de las personas. Dominaba el conocimiento de aquellos secretos más oscuros de cada nación.
Pero, a su manera, cada uno tenía sus mejores armas.
Estados Unidos, enviaba a sus agentes secretos de S.H.I.E.L.D., mientras que una unificada Rusia, a sus mejores entrenados espías de la KGB.
Sin embargo, en medio del conflicto ideológico, se olvidaron que las cenizas de lo que fue una vez un gran imperio, tenía también su agencia de inteligencia y este tenía espías en todos los países del mundo.
La joven espía, Elizabeth Swinton; conocida como la agente 004, pertenecía a la inteligencia británica.
Así es, aquel imperio que había derramado tanta sangre, ahora tenía espías expertos en cada nación, con el conocimiento de diferentes acentos y lenguas.
Realmente, el soldado del invierno, cambiaba el curso de la historia, porque asesinos, existieron muchos.
La joven agente, aunque no con orgullo, era experta en asesinatos sigilosos, todos parecían accidentes, sin embargo, no siempre podía deshacerse de la familia de sus víctimas y en más de una ocasión no tuvo opción que dejar a algunas niñas huérfanas.
La primera, era una chica de origen galés, sus padres vivían en Cardiff, y en un "accidente" con el tanque de gasolina de un bote, murieron en el estrecho de Gibraltar, en un pequeño viaje de negocios a Marruecos. Dejando a una pequeña rubia de ojos claros, llamada Aline.
A pesar de ser una increíble agente secreta, Elizabeth conservaba su humanidad, así que decidió ayudar a la pequeña, llevándola así a un hogar de adopciones.
Su siguiente asesinato era el de una mujer cubana y un hombre puertorriqueño, dejando de igual forma a una pequeña latina de piel cobriza llamada María.
Haciendo lo mismo con la pequeña, observó que no había mucha estabilidad como en Europa, así que sedó a la pequeña y se la llevó al mismo orfanato donde había dejado a aquella joven galesa.
Una vez llegó al mismo orfanato, se dio cuenta que la joven rubia continuaba ahí, miró a la pequeña María y pensó que quizá una forma de compensarlas por lo que había hecho, era adoptarlas a ambas.
Habló con la Agencia y pidió su retiro, debido a que había decidido formar una familia. Sin embargo, sus superiores le dijeron que como última misión, debía vivir un tiempo en Rusia, y pasar informes sobre aquella oculta y misteriosa agencia llamada KGB.
Durante su estancia en Rusia y con dos pequeñas que la llamaban Liz -puesto que no quería que la llamaran mamá-, trabajaba como secretaria en una oficina de correos que ocultaba una de las bases de entrenamiento de la agencia de inteligencia rusa. Su nombre ahora era Elizabeth Konstantinova. Y fue el apellido que dio a sus protegidas.
