—De acuerdo, en este instante, lo menos que me importa es el gobierno.
Logan había escuchado con claridad todo lo que su vieja amiga pelirroja le había contado.
Él se había aislado, por lo que, solamente cuando se le acababa el whisky o el vodka, iba por más al centro; así que era poco lo que había escuchado.
—Mi vida corre peligro, he sido fugitiva gubernamental antes, así que eso no cambia nada —siguió hablando Natasha ante la mirada expectante —y algo desdeñosa— de Logan.
Steve por su parte, escuchaba todo con atención. A pesar de conocer la mayoría de la historia, le sorprendió saber que sus secretos ocultaban más secretos. Aunque no debió tomarlo desprevenido, él debía suponerlo, Romanoff se lo había dicho una vez.
"Siempre soy alguien diferente para cada persona, depende de qué me convenga más".
Sin embargo, él sabía y sentía que no debía dudar de ella, Natasha fue una muy buena amiga, que incluso le salvó la vida, y ahora, después de los momentos íntimos que habían compartido, sabía que ella le contaría las cosas cuando viera necesario. Él le daría su espacio y esperaría con ansias conocer a fondo a aquella mujer.
Aunque ya lo había hecho de muchas formas.
Perdido en la conversación que llevaban, retomó el hilo de la misma cuando el castaño se puso de pie.
—Se me acabó la comida y la bebida —sonrió con la boca apretada—, iré al pueblo por ello, está a unas cuatro o cinco horas, pero iré lo más rápido que pueda, no vayan a salir ni le abran a nadie.
—Ya tuve un padre, gracias —con un sarcasmo algo frívolo, sonrió de lado la pelirroja.
—No me digas, hizo un excelente trabajo —dijo con el mismo tono Logan—. Hay otra habitación al lado del baño, pueden usarla. Supongo que no les molestará compartirla.
Steve desvió la mirada, nervioso, y Natasha lo notó, sonrió burlonamemte en su dirección y habló a Logan; —claro, claro, adiós.
El hombre —desconocido para Rogers—, tomó unas llaves de una motocicleta, se escuchó el rugido de la misma y luego el sonido alejándose.
La tarde comenzaba a caer, y el frío aumentaba cada minuto.
—No es tan mal tipo después de todo —el Capitán colocó su índice en la cien, y el pulgar en la mejilla; un signo de cansancio.
—No, después de todo no —sonrió la Viuda—. ¿Sabes? No me disgustaría darme una ducha, aunque si el agua sale caliente solo una vez...
Steve no pudo reprimir una sonrisa.
—Vaya sutilidad, agente Romanoff.
La pelirroja se sentó a horcajadas en las piernas del Capitán, con las rodillas encogidas en el sillón, mientras él la tomaba de la cintura, y la miraba con atención y un poco de sorpresa.
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I Civil Escapees {Romanogers}
Fiksi Penggemar"No busco redención, o perdón, mi oportunidad ya pasó. Quiero saber que no existen más esos demonios que me perturban, quiero ser la que acabe con cada uno de ellos, solo así podré comenzar de nuevo." [...] La...