"No busco redención, o perdón, mi oportunidad ya pasó. Quiero saber que no existen más esos demonios que me perturban, quiero ser la que acabe con cada uno de ellos, solo así podré comenzar de nuevo."
[...]
La...
Estás mirando todo a través de una cerradura. Doctor Strange
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Natasha se había dado a la tarea de ducharse. Se quitó del cabello el hollín y algunos pequeños escombros que le habían quedado debido a la explosión.
No había sido nada justa con Steve, pero sabía que si se iba, lo mejor para ambos era que ella se fuera sin decir adiós.
Las despedidas eran difíciles, y más aún, cuando habían a penas, recuperado a lo que quedaba de su fragmentado equipo.
Quizás no podría sola, su esperanza era que sí. El tema era que no involucraría nuevamente a ningún amigo suyo. Ni siquiera a Steve.
Podría probar a buscar ayuda por otro lado, con otro compañero que fuera inmortal, o parecido. Después de todo, ella conocía mucha gente, su pasado no solo le había dejado temas negativos. También tenía aliados.
Salió vestida del baño, secándose el cabello con una toalla. Wanda la miró como si supiera lo que fuera a hacer.
Después de todo, se permitió a sí misma ser un poco más abierta. Ellas eran las únicas chicas del complejo, y a pesar que sus experiencias con compañeras no había sido del todo la mejor, Wanda era una chica honesta, digna de fiar y sabía que no la traicionaría.
Además de que si quería convencerla de que se fuera con Clint, debía confiar en ella. Si ella moría, alguien debía saber hacia dónde iba.
Trató de ser positiva, pensando que volvería.
Le explicó levemente a Wanda sus planes. Se iría, terminaría de buscar la información del Guardián Rojo en aquella USB, y se largaría de allí de una vez por todas. Sabía que Yelena era quien había hecho aparecer al Guardián, Yelena la buscaba, y ella se adelantaría.
Terminaría lo que una vez empezó.
—Confío en que no vayas a decirle a nadie Wanda —finalizó la pelirroja echando un poco de ropa, armas y municiones, en una mochila negra.
—Pero, ¿a dónde irás? ¿Estarás bien? Por favor, déjame ir contigo, las dos podemos encontrarla, eres fugitiva, Nat —La castaña hablaba muy rápido y con preocupación.
—Wanda no vendrás, ni me seguirás, ni sabrás dónde iré porque ni yo misma lo sé —decía Natasha lentamente—, crees conocer algo de mí, pero créeme que no lo sabes todo. Te estoy confiando mi vida, no me decepciones.
Sabía que estaba siendo algo dura, pero la Bruja hacía las cosas cada vez más difíciles para la Viuda.
— ¿Cómo puedo ayudarte desde aquí entonces? —preguntó decepcionada.
Natasha la miró con agradecimiento.
"Así se sentía tener alguien que la cuidaba" —pensó.
