El azahar

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Sembré un azahar en mi huerto,

para que perfume el alba.

Así el extracto del alma,

nunca jamás habrá muerto.

En su ramal verdecido,

alondras y ruiseñores,

que del cielo son señores,

harán con afán su nido.

Y la lluvia pasajera,

derramará bendiciones,

durante tres estaciones,

hasta la fiel primavera.

La brisa en suaves arrullos,

traerá sus dulces canciones.

Entre los tiernos rumores,

emergerán los capullos.

Y al fin, mi querido niño,

renacerás con sus flores. 

Poemas de dolor y sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora